Perfil. Es coordinador nacional de la Feria Nacional Escolar de Ciencia y Tecnología del Perú (Eureka), que promueve la investigación en los escolares de escuelas públicas y privadas del país desde hace 25 años. En mayo acompañará a los seis ganadores de la versión 2014 que participarán en la Feria Mundial en Pittsburgh, Pensilvania.

Foto: El Peruano
Foto: El Peruano

Ser físico le permitió descubrir la trascendencia de la vida cotidiana. Cada acto humano, dice, está inspirado por la misma naturaleza. Jorge Luis Rojas Diez dejó su carrera de Economía para ser un nerd, como él mismo dice. Se dio cuenta de que ser curioso y observador no fueron simples inquietudes infantiles, sino también antecedentes de su amor por las ciencias.

Trabaja en la subdirección de Ciencia, Tecnología y Talentos del Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación) y es coordinador nacional de una actividad que moviliza anualmente a más de un millón escolares de todo el Perú: la Feria Nacional Escolar de Ciencia y Tecnología del Perú (Eureka).

“Desde que ingresé en el Concytec en 2002 me dediqué a la educación científica, a impulsarla desde la educación básica. Para realizar Eureka coordino con el Ministerio de Educación (Minedu) y visito las regiones, pues mi función es fomentar las ciencias en los estudiantes, desde el nivel inicial, y en los profesores para que los orienten en esta feria, que no es de inventos, sino de investigación”, cuenta.

En estos 13 años ha recorrido provincias, distritos y hasta centros poblados del país para llevar la buena nueva de la investigación y la ciencia. Y aunque no parezca comunicador ni dicharachero porque es un poco serio, escucharlo relatar los viajes que hace y las experiencias que recuerda muestran esas facetas que lo revelan.

Oxampampa, mon amour

Así, detalla la investigación de dos adolescentes, estudiantes de una escuela pública en Oxapampa, que comprobaron, luego de observar que los pobladores de la zona subían y bajaban de un monte para recoger unas hojas, que esa planta que llevaban en sus manos tenía efectos medicinales, pues servía para aliviar el dolor, cualquiera.

“Eran unos chicos tímidos, a veces ni miraban a los ojos cuando contaban su proyecto. Ganaron el primer puesto en el Perú, y el segundo en el mundo, luego de competir con 1,500 estudiantes. De regreso al país, dejaron las palabras breves. Hoy son nuestros grandes motivadores”, rememora mientras sus ojos destellan.

A sus 38 años conserva intacta su admiración por Albert Einstein, pues fue un rebelde del conocimiento, sostiene, que se atrevió a formular una teoría que revolucionó al mundo. Por eso, afirma, el Perú necesita de cultura científica y reconoce que el Concytec cumple un rol promotor fundamental.

El sueño de Rojas Diez es mejorar la enseñanza de la ciencia en los escolares, y su objetivo es lograrlo mediante la educación, afirma. “Me gustaría que la gente conociera los esfuerzos del Concytec para que el Estado, universidades y empresas inviertan cada día más en ciencia y tecnología. La ciencia no es solo un asunto de científicos; los padres de familia también deben motivar en sus hijos la capacidad de observación”.

Hoja de vida

Me preparé como físico durante 1995- 2001. Ingresé a trabajar en el Concytec en 2002.

Estoy estudiando una Maestría en Gestión Pública.

 

Escribe: Susana Mendoza Sheen

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