Por: Luis Mejía Tam (*)

Actualmente, las empresas se encuentran en un entorno de constantes cambios tecnológicos, alta competitividad, mercados saturados y consumidores cada vez más exigentes.Frente a este panorama, la optimización de recursos, la efectividad en la estandarización de procesos e implementación de proyectos exitosos se han convertido en necesidades básicas para asegurar la rentabilidad. Una herramienta de gran utilidad para alcanzar estos objetivos es la profesionalización en Dirección de Proyectos.

De acuerdo con el informe El Pulso de la Profesión – 2016, desarrollado por el Project Management Institute (PMI), las organizaciones que invierten en capacitar a su personal en Dirección de Proyectos optimizan más de 10 veces el uso del dinero, debido a que sus iniciativas estratégicas se cumplen con mayor éxito. Estas estadísticas evidencian una realidad transversal a cualquier segmento de mercado y cobra gran importancia en el sector gubernamental y la administración pública, donde la percepción generalizada es de uso inadecuado de los recursos e inversiones que no generan retorno social.

Esta situación es muy contraproducente en el contexto actual. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PBI del país debería crecer 4.3% en 2017; sin embargo, dicho crecimiento no viene acompañado por una mejora en la capacidad del Estado para gastar efectivamente su presupuesto –el cual se proyecta en 157,000 millones de soles para 2018–, y de la generación de condiciones para un crecimiento sostenible.

Para ello, es fundamental definir las iniciativas que conduzcan a un manejo adecuado y eficiente de dicho presupuesto, para satisfacer las necesidades de los peruanos. En tal sentido, la Dirección de Proyectos se encuentra en la línea de la modernización de la gestión pública en el Perú.

(*) Director de HCB Group

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