En muchos aspectos, la brecha de género en América Latina y el Caribe (ALC) se ha cerrado. Hoy en día, la cantidad de mujeres de la región en escuelas y universidades es mayor que la de los hombres. Desde 1980, casi 70 millones de mujeres se han incorporado al mercado de trabajo asegurando que haya hoy más mujeres trabajando fuera del hogar que solo en él, y que el porcentaje de mujeres solteras con trabajo sea tan alto como el de hombres solteros.

 

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Estos son algunos de los datos que se destacan de dos nuevos informes del Banco Mundial presentados hoy en esta capital ante la presencia de la Ministra de la Mujer y Desarrollo Social, Aída García Naranjo.

 

Según el nuevo estudio, Trabajo y familia: Mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio (i), la salud de la mujer latinoamericana ha mejorado de forma continua desde la década de 1980. En Perú, por ejemplo, la tasa de mortalidad materna descendió de 268  a 81 muertes por 100.000 nacidos vivos en las últimas tres décadas, la mayor caída entre los principales países latinoamericanos. En 1960, la tasa de fertilidad peruana se acercaba a los siete hijos, la más alta entre los siete países más grande de la región, Hoy en día, dicha tasa ha caído a 2.5, comparable con los países de altos ingresos.

 

No hay que mirar muy lejos para saber que las mujeres peruanas están hoy  en el  centro del desarrollo de este país”, afirmó la Ministra García durante la presentación. “Pero eso no quiere decir que no tengamos todavía mucho por hacer en la agenda de inclusión social, con particular atención a la situación de las mujeres más vulnerables”. 

 

En efecto, según el Informe sobre el desarrollo mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo (i), a pesar de grandes avances de la mujer latinoamericana, persisten diferencias en acceso a oportunidades económicas y se continúan generando brechas en ingresos y productividad entre hombres y mujeres. La calidad laboral continúa siendo un tema preocupante, con más de la mitad de las mujeres trabajando en el sector informal, y agricultores hombres representando de 70 a 90 por ciento de los dueños formales de tierra.

 

En educación, las tasas de matrícula escolar de las niñas han aumentado hasta el punto de cerrar o incluso revertir la brecha de género que tradicionalmente favorecía a los niños. Todavía, sin embargo, continúan las brechas entre poblaciones indígenas. En Perú, por ejemplo, la tasa de analfabetismo de las mujeres indígenas supera la de los hombres indígenas y a la de las mujeres no indígenas.

 

"Estos informes pretenden contribuir a la todavía agenda pendiente de inclusión social de América Latina, con particular atención a la situación de las mujeres" afirmó Susan Goldmark, Directora del Banco Mundial para los países andinos, durante el evento al que asistieron funcionarios gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, académicos, y medios de comunicación.Es imposible pensar que una sociedad pueda llegar a considerarse desarrollada si sus mujeres continúan sufriendo de discriminación o haciendo concesiones que les impiden cumplir sus metas.” dijo.

 

En las últimas décadas, las desigualdades respecto de la participación en el mercado laboral se han reducido más rápido en ALC que en cualquier otra región del mundo en desarrollo.  El espectacular aumento de mujeres trabajadoras ha traído un nivel de igualdad financiera y social entre hombres y mujeres, inimaginable décadas atrás. Sin embargo, el aumento de acceso al trabajo y la independencia económica no se traducen automáticamente en mayor bienestar. El nuevo estudio regional sugiere evitar tales conclusiones simplistas, e insta a una comprensión matizada de las diferencias que persisten y que requieren un nuevo enfoque en las cuestiones de género.

 

"La política de género en la región está en un momento crucial", dijo el Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre. "Las pruebas y los análisis presentados en este estudio indican que las mujeres en la región enfrentan cada vez más al complejo desafío de equilibrar distintos papeles, identidades y aspiraciones. Estas complejidades tienen que ser llevadas al corazón del diseño de políticas, con un mayor énfasis en la equidad".

 

Hoy, lamentablemente, las instituciones formales del mercado de trabajo siguen siendo insensibles a estas necesidades, dejando a las mujeres en la región con la única opción del empleo informal — sin protecciones laborales básicas y sin el potencial de crecimiento profesional — pero con la flexibilidad laboral que facilita equilibrar las responsabilidades familiares.

 

Esto pone en relieve el valor de políticas que ayuden a las mujeres a encontrar un equilibrio entre demandas competitivas, a través de contratos de trabajo que permitan horarios flexibles, incluidos los de tiempo parcial, o normas que mejor protejan las uniones informales de pareja. Una legislación que reconoce las presiones de la maternidad en el mundo de hoy puede rendir importantes frutos al permitir a las mujeres cumplir con su identidad como madres y trabajadoras, mejorando la calidad de su participación económica, aumentando su bienestar y el de toda la familia.

 

“La clave para lograr la igualdad de género continúa siendo la necesidad de orientar específicamente las políticas públicas nacionales”, dijo Ana Revenga, codirectora del informe global. “Para ser eficaces, esas políticas deberán estar orientadas específicamente a las causas fundamentales de las disparidades de género. En el caso del acceso desigual a las oportunidades económicas, mediante las políticas se deberán abordar las múltiples limitaciones —en los mercados y en las instituciones— que mantienen a las mujeres atrapadas en empleos de baja productividad e ingresos escasos”.

 

Eliminar las barreras que impiden que las mujeres trabajen en determinadas ocupaciones o sectores tendría efectos positivos similares, ya que reduciría las diferencias de productividad entre trabajadores hombres y mujeres en un 33 a un 50 por ciento, y aumentaría la producción por trabajador entre un 3 y un 25 por ciento en una amplia gama de países.

 

 

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