El camino hacia el propósito de tener más directivas pasa por construir entornos de trabajo flexibles y efectuar cambios culturales.
Pese a que a nivel nacional se han dado avances claves, la brecha entre hombres y mujeres en el plano laboral persiste. Según información difundida por INEI a inicios del presente año, el 30.8% de los cargos de decisión en el sector público y privado son ocupados por féminas, cifra mayor en 8.1% respecto a 2008.
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Sin duda se observa una desproporción de género en los altos cargos. Por ese motivo, las empresas debieran fomentar la participación de las mujeres en la alta gerencia.
Para lograrlo, según señalan expertos al diario La Tercera de Chile, es preciso implementar cambios culturales. Eso pasa por dejar en claro que no se trata de darle privilegios a las mujeres simplemente por serlo, sino implica “ayudar a comprender que su aporte, estilo y necesidades laborales son distintos de las del hombre y, por lo mismo, complementarias”.
Alejandra Aranda, socia de Humanitas Global Executive Search, menciona así la necesidad de tener como parte de la estrategia corporativa la atracción y retención de talento femenino.
Es importante que esa perspectiva considere que las mujeres pueden aportar una visión propia y distinta a la del hombre por contar con habilidades especiales que son destacadas en el mundo actual.
También es fundamental contar con el compromiso de la alta dirección para fomentar la equidad de género a través de la incorporación del tema en su agenda de negocios y en su estrategia.
Otro punto clave es construir entornos de trabajo flexibles que promuevan la autoconfianza y la autonomía, y se refuercen las redes de apoyo y contacto de las mujeres.
(Gestión)
