El crecimiento económico global debería aumentar, fortalecido por una demanda
creciente de Estados Unidos, pero con una incertidumbre considerable en lo relativo
a las políticas económicas. Entre los riesgos, se cuentan el aumento de las fricciones
comerciales y tasas de interés más altas en Estados Unidos, lo que llevaría a condiciones
financieras más estrictas. El crecimiento en América Latina y el Caribe debería recuperarse,
pero sólo hasta niveles moderados, y estos riesgos son reales.

Desde nuestro informe del año pasado se han producido varios hechos positivos. Numerosos países han implementado reformas fiscales y han recortado los gastos
buscando una mayor eficiencia en el gasto público. Los esfuerzos de reforma tributaria
en algunos países han tenido mucho éxito en aumentar los ingresos, esforzándose por
alcanzar una mayor equidad y mejorar la eficiencia. El año pasado comentamos que los
planes de reforma fiscal reposaban demasiado en el recorte de los gastos de capital, y
ahora la composición ha mejorado. Además, los países con una alta presión fiscal se centran en recortar gastos mientras que aquellos con baja presión fiscal tienden a buscar un aumento de los ingresos. Como han subrayado nuestros debates en informes anteriores,
el detalle de la política fiscal es crucial para asegurar su éxito y, al parecer, la región se ha
desplazado hacia un modelo de mejores políticas. Además, la política monetaria en las
economías más grandes ha mantenido la inflación bajo control a la vez que ha permitido
tipos de cambio muy flexibles. Y las estimaciones en este informe muestran que la mayoría
de los países está a punto de completar un proceso de ajuste externo.

Sin embargo, la región tiene que encontrar una manera de impulsar el crecimiento
sin grandes desembolsos fiscales y en un mundo muy incierto. En Caminos para crecer
en un nuevo mundo comercial sostenemos que una integración comercial más profunda
podría proporcionar un mecanismo de ese tipo. Sin embargo, hay no menos de 33
Acuerdos Comerciales Preferenciales (ACP) que involucran a 26 miembros regionales
del Banco Interamericano de Desarrollo. Este mosaico de ACP relativamente pequeños,
cada uno con su propio conjunto de reglas de origen, no permite a la región cosechar los
beneficios del importante trabajo ya realizado. Actualmente, alrededor del 80% del comercio se encuentra bajo régimen de preferencias, de modo que en ese sentido la región
no se encuentra lejos del libre comercio. Sin embargo, en la práctica, el comercio se ve
asfixiado por la complejidad y las inconsistencias entre los diferentes ACP, así como por
algunas brechas importantes. Este informe plantea argumentos a favor de la solución
CAMINOS PARA CRECER EN UN NUEVO MUNDO COMERCIAL vi de estos problemas, profundizando así la integración en la región y permitiendo que los países cosechen todos los beneficios del comercio.

Puede parecer que navegamos contra la corriente al proponer profundizar la integración
en América Latina y el Caribe mientras algunas economías industrializadas parecen
avanzar en la dirección opuesta. Sin embargo, los efectos de la liberalización del comercio
pueden ser bastante diferentes en las economías emergentes en comparación con sus
contrapartes más ricas. Cuando en la década del 2000 el comercio experimentó un auge
en América Latina, la desigualdad disminuyó. Aún así, los países deberían ser cautos a la
hora de tratar con los perdedores potenciales de un proceso de integración más profunda.

Si el mundo se vuelve más proteccionista, esto podría tener graves impactos en las
pequeñas economías abiertas de la región. En este informe, mostramos que una integración más profunda es útil para América Latina y el Caribe en cualquier escenario, pero que sería particularmente beneficioso si se materializara este caso más negativo. Ningún momento ha sido más importante que el presente para adoptar iniciativas osadas en aras de una verdadera integración comercial.

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