Es psicólogo y director general de Tratamiento del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe). Dentro de las diversas estrategias que desarrolla esta área para lograr la resocialización de los internos, destaca una por su futuro impacto: Cárceles Productivas. Un programa que ha convocado a empresas privadas con responsabilidad social.


El campo de Huaral fue testigo de gratos momentos infantiles que han quedado grabados en su memoria. Para Marlon Florentini Castañeda, rodar sobre el pasto, correr, compartir al lado de sus padres el trabajo en la chacra, son inolvidables. Por eso, hoy, y gracias a su formación como psicólogo, sabe que la familia es fundamental en el proceso de resocialización de los internos, sobre todo de los jóvenes que llegan allí a causa del desamparo y la desprotección filial.

Es servidor público de carrera, trabajó en los centros juveniles cuando estaban a cargo del Poder Judicial durante el 2015-2016. Actualmente es director general de Tratamiento del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) y tiene a su cargo cuatro subdirecciones.

Cada una, la de asistencia, educación, trabajo y salud penitenciaria, tiene como fin supremo que las mujeres y hombres que forman parte de la población penal no vuelvan a cruzar la línea de la ilegalidad. Sobre todo, si se toma en cuenta que el 70% de los internos son reos primarios.

“Más de la mitad de esa población tiene ganas de resocializarse, aprovecha cada una de las oportunidades que le brinda el Inpe. Este número podría aumentar, inclusive, pero nos faltan recursos, especialistas con conocimiento criminológico. Aun así, por ejemplo, de las 91,000 personas encarceladas tenemos capacidad para que 17,000 participen en diversos talleres”.

Psicólogo penitenciario

Al término de sus estudios, en 1997, Marlon fue a trabajar al penal del Callao. Le impactó conocer la vida de las personas que llegaban allí. ¿Qué los había llevado a desarrollar conductas delictivas? La búsqueda de respuestas lo orientó hacia la psicología penitenciaria y forense.

Y la verdad, lo apasiona. Este servidor público de 44 años ha confirmado estos años que la presencia de la familia en cualquier política preventiva es vital, pues son los padres de familia o quienes asumen sus roles los que encaminarán a sus niños y niñas durante la primera infancia, con el soporte de la escuela.

“Si eso no ocurre, la calle es el siguiente espacio que buscarán y encontrarán, y allí puede ocurrir de todo”, afirma, tras recordar que la presencia del padre es el cimiento de protección que necesitan sentir sus pequeños hijos e hijas. Si el papá está ausente, y además la mamá no logra darles soporte emocional ni pone límites, aparecerán conductas negativas.

Cárceles Productivas

Marlon reconoce que uno de los programas bandera del Inpe es Cárceles Productivas, una iniciativa que ha convocado a empresas nacionales con visión de responsabilidad social. Son de los rubros textiles, calzado y artesanía que hoy dan empleo a 1,275 internos, y si bien aún son pocos los beneficiados, la tendencia a aumentar es muy positiva, afirma.

“Buscamos que los internos se adapten a la sociedad, desarrollen habilidades laborales, pero también sociales y emocionales para que no vuelvan a delinquir. Es importantísimo que aprendan un oficio, adquieran hábitos positivos, y se hagan cargo de sus vidas y las de sus familias. Pueden cambiar si diseñamos buenas intervenciones.” Marlon sabe lo que dice.

Escrito por Susana Mendoza. Publicado por diario El Peruano.

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