Por: Guillermo Miranda Arosemena
Los resultados de las recientes elecciones son claros: ningún partido tendrá mayoría en el Congreso y casi la mitad de la población prefirió otras opciones presidenciales. El miércoles último coincidieron el diario El Comercio en su Editorial, las declaraciones de Pedro Pablo Kuczynski, candidato presidencial con la tercera votación y un artículo del Dr. Carlos Ferrero, ex Presidente del Congreso, en que los partidos políticos en el Congreso requerirán trabajar con otras agrupaciones y que los candidatos presidenciales que pasaron a la segunda vuelta deberán concertar, al no tener votos suficientes para ganar.
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Pensar que si nadie tiene mayoría no habrá estabilidad ni gobernabilidad, es ver el vaso medio vacío. Contrariamente, debemos ver el vaso medio lleno y apreciar esta oportunidad como invalorable para impulsar a los partidos políticos a trabajar cooperativamente y concertar.

La Negociación Política Tradicional, busca acuerdos para aprobar asuntos que interesan como rédito político, a cambio de carteras ministeriales, puestos públicos o embajadas y terminan pronto y mal, por sus objetivos cortoplacistas y tratar de satisfacer deseos individuales o partidarios, no los del país.

Nuestro querido Perú está en una situación expectante, pudiendo caminar a ser un país desarrollado, sin pobreza. Los políticos deberán optar por Concertar en lugar de Negociar Políticamente. ¿Cómo hacerlo?

Al no haberse aprobado su opción, los ganadores de la primera vuelta necesitarán modificar sus propuestas, reflejando el sentir de la mayoría de peruanos. Solo buscar adhesiones a sus programas y matizarlos para hacerlos aceptables, es negociar posicionalmente.

Primero, deben reunirse los partidos ganadores con otras agrupaciones políticas y de la sociedad civil (gremios empresariales y sociales), compartiendo y recogiendo realmente su Misión y Visión del Perú a largo plazo de 20 años, en lo más importante: educación, salud, alimentación, empleo, eliminación de la pobreza, seguridad, infraestructura y calidad ambiental.

Es importante un tercero neutral no político, que no sea parte, experto en facilitar el diálogo, que apoye a las partes a encontrar concordancias de fondo, pues puede ocurrir que muchos se adhieran a un enunciado, pero tengan otro concepto de lo que ese enunciado significa, que el tercero neutral puede ayudar a florecer, para evitar llegar a acuerdos coyunturales, cortoplacistas, perdiendo una buena oportunidad del impulso final.

Solo una vez concordado el sueño del Perú a lograr, se discutirán programas, que son medios o herramientas para lograrlo. Luego se distribuirán responsabilidades, no numéricamente en base al aporte de votos o dinero de cada uno, sino definiendo qué características debe tener quien ocupe cada puesto, para luego buscar en sus agrupaciones o fuera de ellas, quiénes cumplen esos requisitos. Sólo así habrá eficiencia en el manejo del Estado.

Finalmente, deberán explicar a la ciudadanía clara, sencilla y transparentemente, su Programa para hacer realidad ese sueño de Perú. Así, los partidos políticos se legitimarán, logrando el respeto de la ciudadanía, aportando a la gobernabilidad y desarrollo del país y a su propia sostenibilidad partidaria. Demostrarán ser partidos socialmente responsables, merecedores del voto en la segunda vuelta.

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