Es bibliotecóloga e integra el equipo responsable que lanzó la primera biblioteca pública digital de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) el 23 de abril, Día Internacional del Libro. Para ella, la biblioteca pública es un punto de encuentro democrático al que llegan personas de todas las condiciones sociales.

Pudo ser lingüista, abogada o escritora, su pasión por la lectura se remonta a su infancia, al lado de su padre, que en voz alta compartía sus lecturas del diarios los fines de semana. Pero Roxana Huamán Huriarte eligió ser bibliotecaria, tal vez para acompañar a quien llega a una biblioteca en esa mágica aventura de buscar en un libro, conocimiento, cultura y hasta certezas.

Desde hace un año, ella trabaja en la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) como asesora de Servicios Bibliotecarios. Desde allí impulsa, al lado de un equipo de profesionales, lo que será la primera biblioteca pública digital de la emblemática institución, que en el 2021 también cumplirá su bicentenario de creación.

El lanzamiento de ese megaproyecto será el Día Internacional del Libro. Unos 2,800 títulos de diferentes temáticas serán parte de ese paquete de publicaciones que estará al alcance de la población desde donde quiera, cuándo quiera y cómo quiera (desde una computadora o su celular, por ejemplo).

“Queremos cubrir todas las necesidades que puedan tener las personas, desde interés por las ciencias sociales hasta jardinería. Nuestro objetivo es cerrar brechas de lectura o de conocimiento, utilizando la tecnología”, comenta.

Lectora desde siempre 

Roxana prefiere definirse como bibliotecaria, sobre todo cuando está con la gente ofreciendo el servicio, viendo el área patrimonial o de historia.

Sus lecturas iniciales las recuerda al lado de su padre, quien a viva voz compartía con ella y la familia, según la trascendencia de la información, las noticias que salían publicadas el fin de semana. Todos hablaban y opinaban. Eran momentos divertidos, cuenta.

Por eso su natural predisposición a la lectura, que, gracias a su mamá, madrina y padrino, grandes lectores también, se fue consolidando mientras crecía. En el colegio, durante sus estudios primarios y secundarios, fue normal para ella buscar la biblioteca de la escuela para estar a solas y leer.

Espacio democrático Cuando postuló a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tomó conciencia de que no podía ser desleal con su pasión: la lectura. Es así que postuló a la Escuela de Bibliotecología. El derecho quedó de lado y se abrió otro camino, en donde creció, además, su vocación de servicio.

En la biblioteca central de la Católica, fue responsable del área para personas con discapacidad. Una dura tarea que realizó contra la opinión de muchos que creían que porque había pocos alumnos con discapacidad visual, no era necesario atenderlos de manera especial.

Como directora de la biblioteca municipal de San Isidro, Roxana constató que no hay espacio más democrático que una biblioteca. pues allí llegan “todas las sangres” y que cuando los niños y niñas acuden con sus padres, aprenden a ser autónomos y mejores personas.

Lugar para todos

Para esta joven bibliotecaria, la BNP es un lugar para todos, la biblioteca virtual tiene que ser usada como si fuera un periódico y contribuir para que el Perú sea un mejor país, es su gran satisfacción.

“En la biblioteca pública uno no está solo, siempre hay alguien que acompaña al lector, lo valora, está atento al reto de asegurar que al terminar de revisar los libros, textos y documentos que solicitó y le recomendaron, el usuario se vaya contento y prometa regresar”. Roxana tiene un compromiso con los lectores.

Hoja de vida

Se licenció como bibliotecóloga en la UNMSM el 2005.

Estudió Maestría en Educación con mención en Gestión en educación (2011-2014).

Estudió el Diplomado de Gestión de Proyectos, de la Universidad del Pacífico (2016).

Estudió el Diplomado de Gestión Cultural de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (2017).

Escribe: Susana Mendoza (El Peruano)

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