El funcionamiento de una empresa o equipo de trabajo depende en buena parte de sus jefes sin embargo, muchos de ellos pueden afectara los empleados con su actitud negativa en el ambiente laboral.

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Los jefes son elementos importantes para el correcto funcionamiento de una empresa, pero la actitud de muchos de ellos puede perjudicar a un equipo de trabajo. Conozca a continuación los 10 tipos de gerentes que poco o nada aportan a las organizaciones, según el diario Expansión.

1. El ausente. Dentro de esta clasificación, se encuentran tanto los buenos como los malos jefes. A pesar de que los primeros pueden pasar desapercibidos, se mantienen realizando sus funciones y exigen a sus empleados que cumplan con sus reponsabilidades. Los segundos, por el contrario, tienden a culpar a los demás de los errores que provoca su ausencia.

2. El paternalista. Limita la autonomía de sus trabajadores, al no controlar su instinto de progenitor. La preocupación que muestra por garantizar mayor efectividad les impide ser objetivos con sus subordinados

3. El marca. Si el protagonismo de la marca o empresa queda relegado y el directivo obtiene mayor notoriedad, ello puede resultar beneficioso en tanto no cometa ningún error en su labor profesional e incluso en su vida personal.

4. El relaciones públicas. Si bien puede ser, en un principio, el jefe que todos desearían por su extroversión, amabilidad y capacidad de diálogo, también puede llevar a cabo decisiones poco amigables, como despedir a algún empleado o cambiarlo de puesto.

5. El tolerante. La actitud tolerante de un gerente también puede perjudicar a la empresa, al no penalizar como debiera los errores de sus empleados.

6. El sobreocupado. A pesar de inspirar confianza en su entorno laboral, este tipo de gerentes no tiene capacidad de delegar funciones, ya que pretende tenerlo todo bajo control, por lo que suele estar en todos y en ningún lado a la vez. La sobreactividad no permite a estos jefes dedicar el tiempo que debería a su labor.

7. El relajado. Es aquel gerente despreocupado por el adecuado cumplimiento de sus labores. Este comportamiento afecta a la productividad de la organización, puesto que la actitud de este tipo de jefes suele contagiar al equipo que está bajo su mando.

8. El sumiso. Considera que limitarse a cumplir las órdenes de sus superiores es suficiente, por lo que son pocas las veces que propone determinadas iniciativas para la organización.

9. El cotilla. Si bien busca la participación de sus empleados comunicándoles todo lo que sucede en la empresa, también apela a informar detalles poco importantes para el progreso de la organización.

10. El omnipresente. Estos jefes desean tener todo bajo control por lo que obvian la delegación de responsabilidades, además suelen imponer su criterio para la resolución de determinados problemas.

(Gestión)

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