Escribe: Juan Carlos Ruíz. Con astucia y yo diría que con buen criterio comunicacional (algo que conocen muy bien), aunque las formas no sean las mejores, la gestión Castañeda ingresa al Municipio de Lima como una aplanadora. Ello esta­ría bien si la reducción de personal significa también mayor eficiencia en la oferta de servicios públicos implementados por la gestión Villarán.

Imagen: Internet
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Cometerían un error si sus primeras acciones apuntan solo al marketing político. No deben olvidar la difusión de servicios públicos que le dan continuidad a una relación social que la gestión anterior sí estableció entre MML y algunos sectores populares; a pesar de que ello no se tradujo en votos (lo cual tiene una explicación más compleja que la del “clientelaje”).

Pero cometerían un grave error si desmontan por completo esta estructura de servicios públicos para reemplazarla por una propia, que necesitaría por lo menos un par de años para consolidarse. Todo experto en comunicación estratégica sabe que si diseña una buena campaña de marketing puede mover fidelidades rápidamente. De esta manera, la ciudad no sentiría un alto y la nueva gestión tendría un mayor potencial de impacto social.

Si la gestión Castañeda insiste en desmontar por completo programas sociales y servicios públicos en seguridad, deporte, salud y cultura, volvemos a una vieja práctica política por sentirse fundacional, pero que sin duda es poco eficiente en términos de gestión pública para la ciudad.

Si hay cosas que Villarán hizo mejor que él, eso no debería preocuparle, porque las comunicó tan mal que bien podría atribuírselas él sin problema. Pero esa sí es una decisión política. Esperemos que el alcalde comprenda la verdadera dimensión de tal decisión.

* Juan Carlos Ruíz publica en diario Exitosa. Es docente de la Escuela de Postgrado de la Universidad Continental.

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