Estoy convencida de que uno de los pilares del liderazgo es la inteligencia emocional pues esta es la raíz que va creciendo en la medida que vamos madurando y siendo conscientes de nuestras fortalezas y áreas de mejora.

Imagen: Internet
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Pero, ¿qué es la inteligencia emocional? Es la capacidad de entender las emociones y conducirlas, es decir, tener el derecho de sentir y vivir experiencias profundas y saber cómo canalizarlas y lograr una solución acorde con el momento.

En este contexto, las organizaciones tienen cierta predisposición para buscar colaboradores con alto grado de coeficiente emocional pues con este factor sumado a las capacidades intelectuales y técnicas se logrará un desempeño sobresaliente.

Sin duda, la inteligencia emocional se puede evidenciar a través de conductas observables que son medibles y cuantificables, por lo tanto mejorables, y estas se relacionan con los 5 factores de que se compone la inteligencia emocional:

Autoconciencia es la capacidad para reconocer nuestras emociones y cómo estas afectan a los demás. Las personas con autoconocimiento tienen confianza en sí mismas, capacidad de reírse de sí mismas.

Autorregulación, capacidad para controlar el mal humor y las actitudes negativas, así como la propensión a no tomar decisiones apresuradas. Estas personas son confiables e íntegras.

Motivación, pasión por lo que se hace, va más allá del estatus y del dinero. Estas personas tienen una fuerte orientación al logro, son optimistas y tienden a comprometerse fuertemente con la organización.

Empatía, capacidad para entender el maquillaje emocional de otros. Estas personas atraen, desarrollan y retienen el talento en las organizaciones, tienen también una fuerte orientación de servicio al cliente. Y, las habilidades sociales, que es la capacidad de crear redes sociales y buscar puntos en común. Estas personas tienen la capacidad de liderar cambios, desarrollan la persuasión y tienen sensibilidad intercultural.

Con estos rasgos desarrollados tenemos muchas posibilidades de gestionar con eficiencia.

 

(*) Patricia Salazar. Especialista en Gestión del Talento y Desarrollo Organizacional. Diario El Peruano.

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