Perfil. Es jefe de la oficina del Indecopi en el Vraem desde hace tres años y ha logrado incrementar los indicadores empresariales porque ayuda a centenares de agricultores de esa rica y difícil zona a asociarse para ordenar su negocio, crear su marca y posicionarse en el mercado. Algo que le confirma que la gente sí quiere formalizarse.

Foto: El peruano
Foto: El peruano

Quiso ser militar y no tuvo mejor idea juvenil que acercarse a la ‘leva’ para cumplir su misión de servir a la patria sin necesidad de presión ni persecución. Christian John Rodríguez León ejerció su libre albedrío por algunas horas, porque al enterarse la autora de sus días de que el benjamín de la familia había elegido ser héroe nacional, cruzó el cuartel de Puno y lo sacó de las orejas solo para ocultar que esa decisión le estaba partiendo el corazón.

Pero Christian no se frustró, felizmente encontró en los oficios del derecho el camino para dedicar su vida a la Nación de manera concreta, y en la defensa de los derechos de autor y propiedad intelectual, las armas para combatir la ilegalidad.

Pasión

Desde hace tres años, tiene a su cargo la oficina del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y la Propiedad Intelectual (Indecopi) en el Vraem. Cuando llegó se preguntó si en verdad su institución podía hacer algo en una zona tan afectada por el terrorismo y el narcotráfico.

“Llegué en helicóptero la primera vez. En aquella oportunidad, estuve a cargo de un módulo para orientar a la gente, como también estuvieron a cargo del suyo representantes de otras instituciones públicas como Sunat y Osiptel. Como me apasiona el tema de propiedad intelectual, empecé a explicar de qué se trataba.”

Su sorpresa fue mayor cuando ese día y los siguientes empezó a acercarse gente de la zona para expresar sus quejas como consumidores o agricultores, que por su interés de liberarse de los intermediarios le contaban sus tribulaciones, pues no encontraban solución a los problemas que ello les generaba.

Y así, cuenta Christian, de Cristiano, como lo bautizó su hermano mayor, recuerda, observó que a pesar de vivir en una zona marcada por la violencia y las males artes, las personas buscaban conciliar, ya sea con el dueño del grifo o de la tienda de ropa que le ofreció un mal servicio o producto.

“Me sorprendió que no buscaran solucionar los problemas con violencia ni a través de denuncia o reclamos, sino por la vía del acuerdo. Eso es mejor porque expresa sentido de la realidad. En lo que se refiere a la protección de la propiedad intelectual, logramos que los agricultores entendieran que es mejor organizarse, formalizarse y tener su propia marca.”

Orgulloso de ser peruano

Christian nació en Puno, su madre en Juli y su padre en Azángaro, y aprendió de ellos a amar su cultura. Se siente orgulloso de ser puneño, pero más orgulloso de ser peruano, por eso tal vez la facilidad para adaptarse a las diversas realidades de nuestro país.

Trabaja en Pichari, distrito de La Convención, región Cusco, y sus esfuerzos superan esa frontera porque el Vraem es el territorio de 57 distritos en cinco regiones del país. “Cada día me doy cuenta de que con mi trabajo le estoy enseñando a la gente a creer en el Estado”. Y tiene razón.

Hoja de vida

Me formé como abogado en la Universidad Nacional del Altiplano, en Puno.

Trabajé en el área de remuneraciones de la Municipalidad de Juliaca.

Del 2008- 2012 trabajé en el Centro de Desarrollo de la Propiedad Industrial (CPI) para reducir la piratería y contrabando en Puno.

Tengo como ejemplo de trabajo a mi padre que durante 35 años laboró en el Banco de la Nación sin queja y total entrega.

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