Coordinadora de Ayacucho cree en los cambios
Para Raida Gutiérrez Cabrera (46) el mayor impacto de Cuna Más es haber conseguido que los niños y niñas menores de 3 años sean más sociables y que los padres de familia entiendan que la disciplina se consigue con amor y no con rigor.
Desde el 2012 es coordinadora del Servicio de Acompañamiento a Familias del programa Cuna Más. Tiene a su cargo la Unidad Territorial de Ayacucho, mediante la cual organiza todas las acciones previstas para que en los hogares rurales se aprenda a cuidar y estimular a sus niños y niñas durante la primera infancia.
Cuando raida llegó al mundo, se nutrió de quechua desde el vientre de su madre y de la genética sabia de sus progenitores expertos en medicina tradicional, que no necesitaron un certificado que lo confirmara. Raida Gutiérrez Cabrera fue hija de una partera y de un curador de la tierra que doblegaba a las malas energías que asaltaban su fertilidad. Su habla natal y la vocación de servicio de sus padres que la acompañan aún la ayudan a hacer realidad un sueño: que los niños y niñas del campo nunca más sean excluidos en nuestro país.
En estos momentos, ella organiza y coordina las acciones planeadas para que el Servicio de Acompañamiento a Familias de Cuna Más en Ayacucho cumpla su misión de orientar a las mamás y papás del campo, sobre lo maravilloso y útil que es estimular a sus pequeños durante los primeros años de vida.
Raida tiene bajo su responsabilidad el funcionamiento de la Unidad Territorial de Ayacucho. Supervisa la labor de los equipos técnicos, formados por más de cien profesionales que se desplazan por las comunidades para entrenar a los que ellos llaman los facilitadores.
Estos últimos son personas de la zona con educación escolar completa, a quienes los instruyen para que visiten a cada familia casa por casa, con el fin de enseñarles nuevas formas de educar a sus pequeños.
No fue una tarea sencilla. Hace dos años, cuando asumió el cargo, recuerda, debía elaborar el proyecto para que Cuna Más llegara a la ‘Morada del alma’, como también es conocido Ayacucho.
“Trabajábamos hasta caminando. Desarrollando ideas, escribiéndolas. Aterrizándolas en reuniones en mi casa o en la de una compañera. A veces hasta nos sentábamos en algunas escaleras para redactarlas en mi laptop. Nada nos detuvo porque tuvimos la convicción de que era el momento de cambiar la vida de nuestros niños y niñas rurales”, comenta esta obstetra experta en gestión social.
Credibilidad en el servicio
Sus mayores logros –cuenta Raida– es haber conseguido que este servicio de acompañamiento beneficie a más de 5,600 familias, gracias al compromiso de más de 500 facilitadores que entendieron que las madres y los padres de familia campesinos, además de conocimiento, necesitan confiar en sus habilidades.
“Al inicio desconfiaban de nosotros. No nos abrían las puertas de sus casas. Pero como algunas mamás veían los progresos de los hijos de sus vecinas nos fueron buscando poco a poco. Ahora nos esperan cada semana, y ellas también reconocen que sus cambios y mejoras repercuten en sus bebés. Con este servicio estamos dignificando a las familias”, sostiene.
Raida nació en San Miguel, capital de la provincia ayacuchana de La Mar, el año en que hubo un golpe de Estado en nuestro país y en el que los jóvenes salieron a las calles de París para pedir “Más poder para la imaginación”. Seis años después viajó a Lima, pero no para quedarse porque luego de una década regresó a Ayacucho para estudiar en la Universidad de Huamanga. No imaginó ser quién es hoy. Sabe que Cuna Más le da la oportunidad de hacer algo por el Perú.
Hoja de Vida
-Es obstetra formada en la universidad San Cristóbal de Huamanga de 1989 a 1995.
-Acaba de terminar la maestría en Gerencia Social en la misma universidad.
-Estudió un diplomado en Psicoterapia Familiar Sistémica en la Universidad Nacional de Ica.
-También, un diplomado sobre Gestión en Programas Sociales en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
Entrevistó: Susana Mendoza Sheen
