En los próximos años, nuestra economía se enfrentará a un entorno que aportará muy poco o nada al crecimiento del país. No contaremos con el impulso de los altos precios de commodities, el financiamiento barato en dólares, o una boyante demanda por nuestras exportaciones industriales.

17 DE DICIEMBRE DEL 2007 ILUMINAN PALACIO DE GOBIERNO CON MOTIVO DE FIESTAS NAVIDEÑAS Y AÑO NUEVO.  EL ENCENDIDO DE LAS LUCES CONTO CON LA PRESENCIA DEL PRESIDENTE GARCIA  QUIEN LUEGO PASO A DAR CONFERENCIA DE PRENSA SOBRE TEMAS DE ACTUALIDAD.

Dado lo anterior, es evidente que no podremos crecer al ritmo que necesitamos para aumentar la clase media si el gobierno no empuja reformas que ayuden a ‘destapar’ nuevas fuentes de crecimiento. El principal riesgo es que, luego del 2017, una vez disipado el impulso de grandes proyectos mineros y de infraestructura, la economía podría ‘estacionarse’ en tasas de crecimiento mediocres durante varios años.

Desde el punto de vista estrictamente económico, destacan cuatro medidas prioritarias:

Primero, es urgente mejorar el marco institucional del gasto público para que éste atienda realmente las necesidades de la población. Esto pasa por mejorar la regla fiscal actual, para tener más espacio de gasto en salud, educación o infraestructura sin ser irresponsables con el Tesoro público.

Segundo, el próximo gobierno debe ser agresivo en promover la creación de empleo formal. Una forma de reducir los costos de crear un empleo formal, sin afectar los beneficios de los trabajadores, es a través de incentivos tributarios a la contratación formal a plazo indeterminado. Éste es el tipo de empleo de mayor calidad y protección, pero sólo lo tiene uno de los 12 millones de trabajadores urbanos del país. Además, tipificar bien las condiciones que determinan el despido colectivo por causas objetivas permitirá que se pueda sancionar a los funcionarios que injustificadamente rechazan solicitudes de las empresas.

Tercero, se tiene que atacar la regulación de mala calidad que tanto afecta a los negocios, desde las microempresas hasta las grandes inversiones. Se puede comenzar con crear una agencia del gobierno que se encargue de mejorar la normatividad existente y de evitar la creación de medidas que matan la iniciativa empresarial en un sinnúmero de mercados.

Cuarto, buena parte de las reformas necesarias para recuperar el crecimiento y mejorar el funcionamiento del Estado necesita que el Congreso las apruebe. La reforma política es condición necesaria para poder aspirar a un mejor Estado, a una mejor descentralización y a una lucha más eficaz frente a la corrupción, la minería informal o el narcotráfico. Transparencia ha planteado buenas recomendaciones y el próximo gobierno debería comprometerse a aprobarlas.

(Semana Económica)

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here