Las nuevas tecnologías, que están mezclando las dimensiones del mundo físico, digital y biológico, tienen un impacto en todas las industrias, en todos los países y en todos los individuos. La denominada Cuarta Revolución Industrial cambiará nuestra manera de vivir y transformará nuestra manera de trabajar.

Preparar a esta generación de trabajadores y a las del futuro para un mundo rápidamente cambiante no es solo deseable sino también indispensable. En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sabemos que un ingrediente clave para mejorar las vidas en América Latina y el Caribe es tener las habilidades adecuadas para enfrentarse a los retos de esta
nueva era. Por este motivo, dedicamos nuestra publicación insignia, Desarrollo en las Américas (DIA) del año 2017 al estudio de este tema, y proponemos soluciones basadas en la evidencia para abordar este problema fundamental.

Es indudable que nuestra región recibirá el impacto de los cambios profundos que recorren el mundo. La inteligencia artificial, la automatización, el Internet de las cosas, la impresión en 3D y los vehículos autónomos ya no son ciencia ficción. Son reales, están disponibles en
muchos países del mundo y comienzan a penetrar en América Latina y el Caribe. Estas nuevas tendencias están cambiando nuestros empleos y nuestra manera de trabajar. Todavía ignoramos cuál será el impacto de todos estos cambios, pero es evidente que habrá una transformación profunda en cómo las empresas hacen sus negocios y los trabajadores su trabajo.

Hay una frase de Robin Chase (cofundador de Zipcar) que es elocuente: “Mi padre tuvo un empleo en su vida, yo tendré seis empleos en la mía y mis hijos tendrán seis empleos al mismo tiempo”. Nuestro trabajo no solo no abarcará un horario de 9 a 17, sino que tampoco tendremos el mismo empleo toda nuestra vida. La Cuarta Revolución Industrial impondrá cambios permanentes y rápidos que traerán consigo nuevos retos.

Uno de los retos primordiales es cómo preparar a los trabajadores de hoy para los empleos de mañana. Soy optimista porque uno de los principales activos de la región es el talento de sus pueblos. Pero queda mucho por hacer, empezando por ayudar a los numerosos trabajadores de la fuerza laboral actual a encontrar buenos empleos y a seguir actualizando sus habilidades lo más tempranamente posible. Estos elementos básicos serán la piedra angular de conocimientos posteriores y de la acumulación de habilidades a lo largo de la vida. Un buen comienzo será útil, pero no garantizará una trayectoria positiva en materia de habilidades. Cada día, desde la primera infancia hasta la edad adulta, el aprendizaje debería estar presente en la agenda de los ciudadanos de América Latina y el Caribe.

En el mercado global, la región será competitiva si se libera su talento. Y la clave para liberar ese talento es un mejor aprendizaje. El aprendizaje no se produce solo en la escuela. En el hogar, los padres desempeñan un rol clave en el desarrollo de habilidades durante los primeros años. La escuela es una plataforma de aprendizaje importante
para los niños y los adolescentes. El lugar de trabajo es un escenario esencial para el desarrollo de habilidades durante muchos años, aproximadamente dos terceras partes de nuestras vidas o más. Todos estos espacios de aprendizaje y los actores que los dominan cumplen un papel en la promoción del desarrollo de habilidades a lo largo de toda una
vida. El carácter multifacético de este proceso significa que las familias, el sector privado y los gobiernos deben estar informados acerca de las soluciones costo-efectivas, y comprometerse a formar parte del esfuerzo para invertir en las habilidades adecuadas.

La región está invirtiendo en el desarrollo de habilidades para un futuro mejor. Este libro plantea que mantener estas inversiones es esencial, pero también advierte algo importante: el dinero puede comprar habilidades, pero solo si se utiliza de forma inteligente. Algunas políticas que han sido aplicadas a nivel experimental han mostrado ser prometedoras y sugieren que pequeñas inversiones pueden generar grandes beneficios. Estas políticas deberían ser probadas y adaptadas a diferentes contextos para constatar si pueden convertirse en instrumentos nuevos en el repertorio de políticas que funcionan en nuestros países. En ese sentido, se requiere más experimentación y evaluación. La
única manera de saber qué funciona y qué no funciona es mediante la innovación, los planes piloto, la evaluación y el aprendizaje. Este libro embarcará a los lectores en una visión de políticas basadas en la evidencia que mejoran las habilidades a lo largo de toda la vida, y proporcionará a los responsables de las políticas públicas más instrumentos para promover el aprendizaje en el hogar, en la escuela y en el trabajo. También deja sin responder algunas preguntas que sería necesario abordar con más innovación y más investigación.

América Latina y el Caribe se enfrentará a cambios vertiginosos en los próximos años. Nuestras vidas no serán las mismas, pero creo que pueden mejorar. El BID se ha comprometido a mejorar las vidas en América Latina y el Caribe, y esa es una tarea que comienza con la construcción de las habilidades de nuestro pueblo para ser parte del cambio, en lugar de replegarse ante él.

Luis Alberto Moreno
Presidente
Banco Interamericano de Desarrollo

Acceda a la publicación aquí.

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