Perfil. Es la encargada de la biblioteca de la I. E. primaria Augusto Javier Gutiérrez Mendoza, que en la reciente Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2014 obtuvo la segunda ubicación en el distrito de Chorrillos, el sexto lugar en el ámbito de la UGEL N° 7 y el puesto 40 en Lima Metropolitana gracias a la aplicación del Plan Lector.

Foto: El Peruano
Foto: El Peruano

Fue hija de una trabajadora del hogar que nunca perdía el sentido del humor, “ni en los peores momentos”, recuerda. Josefina del Socorro Chávez Riveros viuda de Cristóbal, hace 33 años, precisa, le siguió los pasos a su madre. Era una niña cuando le pidió a su progenitora que le presentara a la señora que vivía al frente de la casa de la patrona porque había notado la presencia de unos niños pequeños a los que quería cuidar desde que los vio.

Este apego natural es el que conserva todavía, y es, sin duda, el que le permite hoy ser paciente con las correrías y carcajadas de los alumnos que ingresan en la biblioteca durante la hora de recreo o de lectura, según el horario de estudio, porque aprendieron a leer con alegría y les enseñaron que un libro era un juguete que podían desear.

“No fue sencillo hacerlo. Al comienzo tuve mis dudas. Cuando llegó una institución para apoyar la aplicación del Plan Lector, yo dudaba de los cambios, me resistía, no quería que cambiaran los libros de su lugar ni confiaba en que los padres de familia cumplieran con levantar la nueva biblioteca”, recuerda.

Camino al andar

Antes de hacerse cargo de aquel espacio de lectura, Josefina trabajó como auxiliar en una cuna jardín del Estado, ubicada a pocas cuadras del colegio, en Chorrillos. Estuvo allí 24 años, y como ocurre cuando se crece con ambiciones, postuló a la plaza de bibliotecaria que el Ministerio de Educación ofreció durante 2006.

Ese año lanzó el Plan Lector, y para hacer sostenible la propuesta, planteó la necesidad de crear bibliotecas a fin de que la lectura de cuentos tuviera un lugar especial para desarrollarse. Participó en la convocatoria y ganó. “Mi salud estaba un poco quebrantada y decidí enfrentar otros desafíos”.

Desde esa fecha, no solo se preparó para codificar los libros, sino también recibió capacitación para convertirse en cuentacuentos, y descubrió su habilidad para narrar historias que deslumbraron a niños y niñas, desde inicial hasta el sexto grado de primaria, e incentivaron su curiosidad para buscarlas sin cansancio.

“Siempre me atrajo jugar y atender a los niños. A veces algunos pasajes de mi vida ocupan mi memoria. Fui educada en un convento. Empecé a laborar a los 9 años. Trabajé en una casa donde la niña tenía barbies. Recuerdo los zapatos de charol con hebilla dorada que me regaló su mamá, y la casa de cartón que hice para mi muñeca”.

La biblioteca a su cargo es de colores cálidos, mesas y sillas hechas con material reciclable, y cada mañana y tarde espera con entusiasmo las horas que le permitirán enseñarle a los niños el amor por la lectura.

No cambiaría por nada del mundo el trabajo que realiza, dice, cada chico y chica necesita de orientación diferenciada.

“No a todos les gusta leer. Están los que leen en voz alta, los que miran solo los dibujos y los que leen en silencio sin preguntar”.

Hoja de vida

Durante 24 años trabajé como auxiliar de la escuela de Educación Inicial San Juan de la Libertad.

Desde 2007 ocupo la plaza de bibliotecaria en la IE Primaria Augusto Javier Gutiérrez Mendoza.

Escribe: Susana Mendoza Sheen

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