Es integrante de la Unidad Técnica del Servicio Acompañamiento a Familias del programa Cuna Más que hoy impulsa una iniciativa para revitalizar la lengua originaria kukama kukamiria en la región Loreto. La estrategia es incorporar a las dinámicas de los juegos del niño o niña beneficiario del programa, al familiar que hable ese idioma ancestral.

Foto: El Peruano
Foto: El Peruano

Sus primeros recuerdos son sus juegos. Wilma Sánchez Vásquez jugaba a la mamá, la doctora, con las canicas, con los trompitos; jugaba a construir casas. Y como fondo lúdico de esos momentos, los campos verdes de Iquitos, en la región Loreto, complementaban sus alegrías de niña. Sus padres, ambos maestros de la zona, y algunos asuntos del azar determinaron su elección por ser docente de inicial y, años después, una destacada profesional del programa que atiende a la primera infancia más pobre de nuestro país.

En estos momentos forma parte de un equipo multidisciplinario que saca adelante una experiencia piloto denominada Cuna de Lenguas, inspirada por el Ministerio de Cultura ¿Cuál es el objetivo? Incluir a los abuelos o cualquier otro familiar que hable una lengua originaria a los juegos y dinámicas del niño o de la niña beneficiario del programa.

Cuentos y canto

“Los hablantes de lenguas originarias tendrán un espacio para que realicen sesiones de cuentacuentos y canto con los niños. Vamos a empezar en los caseríos de Santa Clara y Santo Tomás, en Iquitos, donde viven familias de la comunidad Kukama Kukamiria, pues su lengua puede desaparecer, según los registros del Ministerio de Cultura”, cuenta.

Se enteraron de que ese sector realiza actividades para revitalizar lenguas originarias con la finalidad de vigorizar la identidad de los pueblos. Si de acuerdo con las neurociencias, durante la primera infancia se desarrolla el cerebro y su área cognitiva, entonces es conveniente el aprendizaje de dos lenguas en esa etapa de la vida, concluye la experta.

“Ya hemos diseñado sesiones de socialización y de visitas a hogares; calculamos que más de 100 familias que usan este servicio de acompañamiento se beneficiarán porque los padres de familia, tíos y hasta primos se integran a las dinámicas educativas”, explica.

Pura camiseta

Formó parte de una dirección del Ministerio de Educación en la que trabajó más de una década como especialista nacional de la Dirección de Educación Inicial y supervisora nacional de la Dirección de Educación Superior Pedagógica.

Su fama como buena profesional trascendió fronteras institucionales, pues la convocaron para integrar un programa social que se dedicaría a mejorar las condiciones de vida de los menores de tres años más excluidos del país.

“Me llamaron de Cuna Más para crear una propuesta metodológica que mejorara las capacidades de las familias en el cuidado de sus pequeños, que tuviera un enfoque de atención integral, interculturalidad e inclusión y se complementara con todos los aspectos del desarrollo de los niños,” señala.

Wilma siente satisfacción por trabajar en el Estado, porque aporta al diseño de estrategias educativas y la elaboración de materiales y guías que usan maestros y cuidadores para mejorar aprendizajes. “Como profesora de la escuela pública y ahora, en Cuna Más, siempre pienso en el capital humano, en el fortalecimiento de capacidades para que los niños sean personas plenas, capaces e inteligentes. La escuela privada solo piensa en sus rentas”, sostiene.

Hoja de vida

Soy bachiller en Educación Inicial en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP). Estudié de 1987 a 1991.

Tengo una maestría en Psicología Educacional en la especialización de Psicopedagogía y Desarrollo Humano.

Estudié diplomados de especialización en neuropedagogía y formación de formadores para programas de desarrollo infantil temprano.

Escribe: Susana Mendoza Sheen

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