Dr. Guillermo Miranda Arosemena (*)

Muchos de los conflictos sociales, gremiales e institucionales que le están tocando vivir al país acaban con violencia

Debemos darle importancia a este tema que es trascendental para el país, al que sin embargo los medios de comunicación no le dan la importancia debida, sino sólo para resaltar la noticia.

La preocupación no debe ser sólo sobre los conflictos sociales, sino también por los conflictos gremiales e institucionales. Al final, todos ellos serán los que nos darán una imagen del país, tanto interna como externamente.

Los Conflictos Institucionales son internos y afectan a las instituciones y empresas en cuanto a su eficiencia y capacidad de competir. Se generan muchas veces por problemas de líneas de autoridad y procesos; falta entender que cada persona es servidora de la otra y de la organización. Todos los socios o asociados se ven afectados y desmotivados, por el incumplimiento de sus objetivos y los trabajadores por poner en riesgo la continuidad de la institución.

Los Conflictos Gremiales son también internos, a nivel de las instituciones que integran el gremio y se originan en la lucha de poderes y por destruir a los del mismo ramo, en lugar de fortalecerse para ampliar el mercado. Todos pierden al final; afecta a sectores de una misma actividad.

Los Conflictos Sociales tienen mayor repercusión y afectan a varias actividades. Se originan generalmente, por atención inadecuada o falta de atención oportuna de las necesidades de la población, intereses políticos o económicos, diversidad cultural, deslegitimación de autoridades, etc. Se busca manejar estos casos a través de la represión por la policía, en lugar de dar a ésta un carácter disuasivo; su detección es siempre tardía y cuando aparecen son inmanejables y en lugar de conflictos tenemos crisis.

Olvido de conciliar y de dialogar para encontrar soluciones a los problemas e intentos de diálogo frustrados por fallas entre los interlocutores

Sin embargo, en otros casos, sí había voluntad de diálogo y concertación, pero no existían las competencias, capacidades y habilidades para hacerlo; esto último hizo que fracasaran los intentos de diálogo.

Otro factor para que fracasara el diálogo, ha sido considerar como diálogo lo que era sólo una conversación, cuya diferencia pasamos a revisar:

Se conversa cuando las partes se sientan a intercambiar información sobre sus puntos de vista y perspectivas, con la finalidad de que éstas sean aceptadas por la otra parte, con calma sin oposición.

Se dialoga cuando se escucha activamente a la otra parte, interesándose en su punto de vista y perspectivas y buscando conjuntamente tanto una solución al problema de la otra parte, como al problema propio.

Escuchar activamente implica que cada parte atienda a lo que la otra parte le expresa, entender lo que le está diciendo y ponerse en el zapato de la otra parte.

Qué hacer para que no se repitan las experiencias dolorosas y violentas

Lamentablemente los niveles de violencia han sido cada vez mayores y más graves y para evitar ello hay que tomar acciones desde varios frentes:

  1. Fomentar el Diálogo y la Concertación a todo nivel, institucionalizarlos.
  2. Establecer responsabilidades a funcionarios que no actúan oportuna y adecuadamente y causan conflictos.
  3. Mayor participación de la Sociedad Civil en la detección temprana de conflictos.
  4. Mejorar los canales de participación ciudadana en la priorización de proyectos, toma de decisiones, seguimiento y control, y evaluación.
  5. Adecuar los criterios de elección para que los resultados de designación de autoridades estén legitimados.
  6. Mejorar mecanismos de revocación de autoridades.
  7. Mejorar los canales de comunicación del Gobierno con la ciudadanía.
  8. Mayor responsabilidad de los medios de comunicación, priorizando la difusión de mecanismos para combatir las causas más que los síntomas -aunque estos vendan más-; esto es Responsabilidad Social de los Medios de Comunicación.

Aprendizaje de cómo conciliar y cómo dialogar de las autoridades y funcionarios del Sector Público con capacidad de decisión

Lamentablemente en el Perú los conflictos no se identifican al inicio, ni se adoptan las decisiones en los niveles bajos que corresponda, y se espera que sean tratados por los niveles de Ministro. Sin embargo, los Ministros o Jefes de Instituciones están para ver asuntos a nivel macro o genérico y no para negociar a nivel micro.

Además, cuando el conflicto llega al Ministro y este interviene, ya dejó de ser conflicto para convertirse en crisis; y la crisis es más difícil de manejar y está cerca de la violencia.

Lamentablemente, las autoridades, funcionarios y personal del Sector Público no tienen la formación que les permita dialogar y conversar. Es muy importante dotarlos de esas habilidades y competencias, para contribuir a la gobernabilidad y a la democracia y al desarrollo sostenible del país, en sus cuatro pies: ambiental, económico, político y social.

Hay avances importantes en el Sector Público, como las acciones que lleva a cabo el Ministerio de Justicia para difundir y promover los Mecanismos Alternativos – MARCs, pero lamentablemente con un presupuesto muy pequeño que resulta insuficiente.

Otro avance importante de diálogo en el Sector Público, es el establecimiento de las normas del presupuesto participativo, que al recoger los intereses de los ciudadanos podrá permitir que se prevengan conflictos sociales. En todo caso, este es un proceso que debe ser muy bien regulado, para evitar que su aplicación sea politizada o puedan manipular a la población.

Igualmente, constituyen un avance importante, las normas sobre transparencia de la gestión pública, que previenen problemas y conflictos, y crean confianza.

Entre las normas importantes a expedir estarían las referidas a la revocación de autoridades.

Reconversión de Oficinas de Comunicación en Oficinas de Relaciones Ciudadanas

Consideramos que las Oficinas de Comunicación de todas las entidades públicas más que Oficinas de información a los medios, deberían reconvertirse en Oficinas de Relaciones Ciudadanas, con personal especialmente capacitado para una buena comunicación, diálogo y concertación, debiendo tener un doble rol cercano con la ciudadanía:

Como Receptor de Comunicación: directamente, identificar y recoger oportunamente las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos y trasmitirlas de inmediato a los niveles de decisión que corresponde en la institución, para que bajo responsabilidad, realicen las acciones necesarias.

Como Emisores de Comunicación: directamente, informar a la ciudadanía las acciones del gobierno de turno, así como explicar las decisiones adoptadas en relación a sus preocupaciones o solicitudes.

Dar importancia al tema de la prevención para no atender recién los conflictos cuando se hacen evidentes y tienen consecuencias funestas

En general en el Perú no existe una Cultura de la Prevención y eso lo vemos en los casos de Mesa Redonda y Utopía en los que hubo serios incendios que significaron muchas vidas y pérdidas de bienes; igual ocurre con muchas enfermedades; hasta las pistas se reparan en las épocas de mayor circulación.

La falta de Cultura de la Prevención se debe a que no sabemos tomar conciencia del valor de las cosas proyectando los resultados y anticipándonos a ellos (ello es también muestra de que tampoco tenemos la Cultura de la Planificación).

Si la gente, incluidas las autoridades, tomara cuenta del costo que significa la falta de prevención, sería otra cosa; tenemos como ejemplos de costos: huelgas, pérdidas de ventas, pérdidas de inversiones, menos trabajo, peor imagen país con mayores tasas de interés, pérdida de competitividad, mayor inseguridad, mayor gasto en policía particular, mayor gasto en alarmas y rejas de seguridad, entre otras; así como más temores, menos tranquilidad, más enfermedades nerviosas, más peruanos que quieren irse a vivir al extranjero, etc.

La mejor forma de prevenir la violencia es detectar tempranamente los conflictos y darles solución oportuna, adecuada y realista.

Qué hacer profesionalmente para que funcione el diálogo y la conciliación en el país

Este tema está muy ligado a los anteriores. Se debe trabajar en dos niveles:

En el Largo Plazo: dando destrezas, habilidades y competencias para prevenir la violencia, manejar los conflictos, comunicarse, negociar, fortalecer la autoestima, aprender a aprender, trabajo cooperativo, formación de redes y capacidad para integrarse y similares. Para ello se requiere una decisión de política y una decisión política de hacerlo, trabajando en el nivel escolar con profesores, directivos, alumnos y padres de familia; y, en el nivel universitario, en los estudios generales para todos los alumnos.

En el corto plazo: estableciendo normas aplicables a todos los Poderes del Estado:

· El Poder Ejecutivo: promoviendo la Conciliación Extrajudicial, tema que es de su responsabilidad y que en Lima y Callao, Arequipa y Trujillo está logrando rebajar la carga del Poder Judicial en un 18% (asiste el 30% de los invitados y logran acuerdos en un 60% – acuerdos que tienen valor de sentencia judicial -). Por tanto hay que lograr que las personas asistan a la Conciliación, y supervisar a los centros y mejorar la calidad. Con ello, el Estado ahorrará dinero y el Poder Judicial se podrá dedicar a los asuntos más delicados.

· El Poder Judicial: promoviendo también los mecanismos alternativos en alianza con instituciones privadas para mejorar la calidad de las audiencias de conciliación y descongestionar el aparato judicial.

· El Poder Legislativo: convirtiendo al Centro de Conciliación del Congreso en un medio para facilitar las discusiones entre los congresistas, con capacidad para identificar las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía y trasmitirles las visiones y perspectivas de los Congresistas.

· En los demás ámbitos del Estado: fomentar el uso de los mecanismos alternativos en los diversos niveles de gobierno nacional, regional y local, así como en sectores productivos, como por ejemplo: uso de aguas, titulación de tierras, acuerdos entre armadores y pescadores, licencias, problemas territoriales, problemas entre comunidades, empresas mineras y autoridades, etc.; y, de manera especial, estableciendo la Mediación Escolar como parte de la currícula, involucrando a toda la comunidad educativa: alumnos, padres de familia, directivos y profesores.

(*) Presidente de Pro Diálogo. Consultor en Resolución de Conflictos, Diálogo y Concertación. Docente de la Escuela de Postgrado de la Universidad Continental.

 

guillermo_mirandax

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