Por: Carlos Castro (*)

«Lo que todo gerente debería aprender de Marcelo Bielza» es el título de un artículo publicado por una revista económica que resumía el momento festivo que vive Chile después de que su selección pasara a octavos de final en el mundial de fútbol. Hablaba de cómo se contrasta el resultado que está obteniendo la selección chilena con el estado en que Bielza encontró a la selección.

El artículo resaltaba las cualidades gerenciales del entrenador chileno, en el sentido que encontró a un grupo que no había tenido participación sobresaliente en el mundial de Francia 98 incluso teniendo a astros como Iván Zamorano y Marcelo Salas.

Lo que destaca el artículo es cómo Bielza pudo cambiar a una selección de futbol con esos elementos adversos, y modificar aspectos más allá de lo que usualmente desarrolla un entrenador, además de los elementos tácticos. Le dio un cambio radical al enfoque de esta selección convocando a jóvenes valores, se involucró incluso en la remodelación de las instalaciones donde entrenaban los seleccionados, planteó nuevas reglas para la relación con los medios de prensa evitando las entrevistas exclusivas y poniendo por delante las conferencias de prensa . Con esas decisiones, más allá de sumar puntos y lograr una primera clasificación, lo que logró este señor con sus cualidades gerenciales fue cambiarle la mentalidad al futbol chileno y ponerlo ahora en una situación expectante en el mundial de Sudáfrica.

Esta experiencia deportiva nos permite trasladarnos a la realidad de nuestra administración pública. En ese marco, el papel del funcionario en la gestión pública es crucial para determinar la calidad de la actuación del Estado en su rol de atender al ciudadano. En muchos casos, los funcionarios tienen que enfrentarse a situaciones complejas, tienen que aplicar su propio criterio y la discrecionalidad que le permiten las normas para cubrir defectos o vacíos de la propias definiciones de políticas o programas; tienen que mejorar en el camino la implementación de determinadas políticas públicas utilizando sus capacidades y sus valores, y en un contexto donde tenemos un proceso de modernización y descentralización en curso cada vez son más exigentes las exigencias hacia los gerentes públicos, hacia la función pública en general.

Se requiere cada vez más gerentes públicos o servidores capaces de tomar decisiones sobre la base de pensamiento estratégico, competencias operativas, habilidades directivas y capacidades de innovación.

Así como en el ejemplo de fútbol, el servidor público que quiere marcar diferencia tiene que dominar aspectos centrales como finanzas públicas, proyectos de inversión, gestión del talento de los recursos humanos, contrataciones públicas, además debe poseer destacadas habilidades directivas y técnicas de investigación.

El Servicio Civil es un elemento clave en el proceso de reforma del Estado, de la modernización y descentralización político-administrativa a través del Estado; a través de sus instituciones y sus servidores compra bienes y contrata servicios, pero también elabora y supervisa grandes contratos, grandes proyectos, y eventualmente asociaciones público-privadas que pueden ser muy beneficiosas para la sociedad peruana en la medida que dependan de cuán bien diseñados estén esos contratos y cuán bien se supervisen, y sobre todo se cautele el interés público.

Todo esto fortalece la idea de la necesidad de contar con funcionarios públicos altamente calificados en este rol de respaldar el interés público. Y ese funcionario también tiene un rol fundamental durante la implementación de las políticas públicas, en la medida que no es un proceso que se activa automáticamente una vez que la política ha sido autorizada o aprobada, sino que durante el proceso de implementación los funcionarios tienen que tomar decisiones, interpretar alcances, cubrir vacíos o deficiencias de implementación. Y ese espacio de toma de decisiones genera necesidades de negociar, dialogar, concertar con todos los actores involucrados. Es allí que estos gerentes tienen que sacar a relucir capacidades no solo técnicas, sino también de sensibilidad política, porque los servidores tienen directarelación con los ciudadanos, reciben la presión y tienen que tomar decisiones de cara al ciudadano y no hay mucho tiempo para la elaboración de análisis más sofisticados; tienen que adaptar normas, motivar a los recursos humanos que están dirigiendo, en un enfoque de gestión por resultados que le permita a la institución a la cual trabaja materializar los objetivos que se persigue.

Una mejor capacitación de los servidores y los gerentes redundará en una mejora sustancial de la productividad; y aquel funcionario o servidor que quiera ser un actor fundamental requiere tener ese enfoque gerencial y un manejo solvente, no solo del funcionamiento del Estado, sino también de los sistemas administrativos.

(*) Docente de la Escuela de Postgrado de la Universidad Continental

Coordinador General del Programa de Modernización y Descentralización del Estado PCM-BID

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