Por: Nuria Esparch Fernández

Cuando se habla de evaluaciones, el recuerdo que prima entre los trabajadores públicos es el de los exámenes de inicios de los años noventa, ya que generaron, entre otras cosas, olas de despidos cuyas consecuencias aún pagamos. Por ello, evaluar en el Perú no es una tarea nada fácil, aunque sí necesaria.

El Decreto Legislativo 1025 establece las reglas para la capacitación y evaluación de los trabajadores públicos que ejecuta SERVIR. En el reglamento de dicha norma se establece que la evaluación es de dos tipos: de desempeño y de conocimientos.

Las evaluaciones de desempeño miden la contribución de cada trabajador para el logro de las metas institucionales. Estas evaluaciones, en la mayoría de países del mundo, son muy difíciles de realizar debido a su alta complejidad pues requieren indicadores previos claros e individualizados en cada institución. Para SERVIR, ésta es una tarea de mediano plazo.

El segundo tipo busca identificar las brechas de conocimientos. Es decir, medir qué sabe cada persona versus lo que debería saber, para determinar sus necesidades de capacitación específicas. Con ello se optimiza la inversión estatal en capacitación, pues al saber qué necesita quién, ya no hay motivo para comprar vacunas que «curan» de todo a todos, sino que el diagnóstico determina la dolencia individual y, por lo tanto, la pastilla que necesita.

Servir decidió ejecutar el segundo tipo de inmediato y la Dirección Nacional de Programación Multianual del Ministerio de Economía y Finanzas (DGPM) fue el primer socio. El paciente, el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). En octubre de 2009 se inició el Diagnóstico de Conocimientos (DC) a las personas que prestan servicios en el SNIP.

¿Cómo se hizo? SERVIR desarrolló un modelo en tres etapas

En la primera etapa se censó a las personas que participarían del DC; además, en esta fase se definieron los puestos tipo o perfiles y se elaboraron preguntas adecuadas para cada uno de ellos. Dado que en todas las entidades públicas existen personas que trabajan en casi todos los sistemas administrativos (inversiones, presupuesto, compras, etc.), la tarea de identificar y elaborar los perfiles era más sencilla. Por ejemplo, el formulador de proyectos tiene básicamente las mismas funciones y requiere los mismos conocimientos en un ministerio, en una municipalidad o en una dirección regional.

En la segunda etapa se aplicaron pruebas virtuales y de alternativa múltiple. Los operadores SNIP tuvieron acceso a información a través de una página web antes, durante y después de la prueba. Allí los evaluados se registraron, corrigieron sus datos, interactuaron con el sistema, solicitaron su clave y rindieron la prueba en las fechas establecidas. Las pruebas se realizaron entre noviembre de 2009 y marzo de 2010.

En la tercera etapa, se distribuyeron los resultados. Primero, automático e individual a cada uno de los evaluados, luego un reporte general a cada titular de las entidades y, finalmente, se publicaron los resultados expresados en mapas interactivos en la página web de SERVIR.

Los resultados

Podemos hablar de cuatro resultados centrales: la definición de puestos del SNIP; el censo de los operadores; la determinación de brechas de conocimientos; y, el inicio de una cultura proclive a la evaluación.

Perfiles de puestos tipo del SNIP

Se elaboró perfiles por competencias para 5 puestos tipo del sistema: evaluador, formulador, responsable de UF, responsable de OPI y CAT. Estos perfiles fueron validados con la DGPM y con gestores del SNIP. Las versiones finales fueron el insumo principal para la elaboración de las pruebas.

Actualmente, SERVIR y la DGPM trabajan para formalizar los 5 perfiles ya probados en el campo, con el fin de mejorar los procesos de selección de los operadores SNIP. Ello, eventualmente, reducirá los efectos negativos de la alta rotación de personal, al asegurar que los que ingresen al sistema cuenten con los conocimientos necesarios para desempeñar su labor.

Censo de las personas que prestan servicios en el SNIP

Se registró a 3,550 personas que representan a 27 sectores del gobierno nacional (incluyendo a los 17 ministerios), 25 gobiernos regionales, 119 municipalidades provinciales y 275 municipalidades distritales.

Basándose en el censo, SERVIR realizó una proyección para conocer un aproximado del número de operadores del SNIP. Se calculó alrededor de 6 mil personas. Al compararse con la proyección inicial de la DGPM (15 mil), se podría inferir que cerca de 9 mil brindan servicios por fuera del sistema a través de consultorías.

Identificación de brechas de conocimientos

El 63% de los censados rindieron la prueba, es decir 2,247 personas. Tal como se muestra en la tabla 3, el 39% son formuladores, 26% responsables de UF, 18% evaluadores, 16% responsables de OPI y 2% son CAT.

Los resultados fueron presentados como brechas de conocimientos, es decir, cada persona recibió una comunicación en la que se le indicó si necesita o no capacitación en cada uno de los temas evaluados en su puesto. La tabla 4 muestra el porcentaje de personas, por puesto tipo, que no necesitan capacitación en cada uno de los temas evaluados.

En relación a los resultados obtenidos y la capacitación recibida en los últimos 2 años, el gráfico 2 muestra que los resultados no difieren mucho a pesar de las diferencias en duración, modalidad y proveedor de la capacitación.

Desarrollo de una cultura proclive a la evaluación

Del total de censados, el 63% rindió voluntariamente la prueba. Ello representa el 100% de los sectores del nivel nacional, el 100% de los gobiernos regionales, el 65% de los gobiernos provinciales y el 32% de los gobiernos distritales. Cabe destacar que los evaluados manejan el 80% de la inversión pública nacional, equivalente a S/. 24 mil millones.

Esta cultura pro evaluación se manifestó de diversas maneras: algunos se conectaron a través de cabinas públicas de internet, incluso viajaron muchas horas, entre lluvias y peligro de deslizamientos para dar el examen en zonas con mejor conexión. Un operador de Huánuco, comisionado a Lima, dio la prueba en SERVIR. La tecnología utilizada permitió que la prueba pueda ser rendida en cualquier lugar con acceso a internet.

Además, operadores de otros sistemas administrativos o personas ajenas al Estado, pero involucradas con el SNIP, solicitaron rendir la prueba para medir sus conocimientos. Para cubrir dicha demanda, SERVIR ha habilitado una demo de la prueba en su página web.

Este resultado, si bien no fue parte de los objetivos iniciales del DC, es significativo para cambiar la asociación evaluación=despido: de hecho, los operadores del SNIP pueden dar fe que esta evaluación no ha generado despido alguno y que ha sido objetiva, transparente y apropiada a sus responsabilidades.

Entonces, ¿cómo está el SNIP?

Podríamos decir que el SNIP goza de una salud aceptable, aunque requiere de medicamentos focalizados. Pero, ¡ni una vacuna más! En suma, las conclusiones de esta evaluación son cinco:

El SNIP cuenta con perfiles por competencias validados para cada uno de los puestos tipo. SERVIR y la DGPM están trabajando para formalizarlos y difundirlos para su uso a nivel nacional.

El SNIP tiene aproximadamente 6 mil operadores, los que en su mayoría son formuladores y responsables de UF.

Los evaluados respondieron en promedio correctamente 55% de las preguntas. A nivel regional se obtuvieron los mejores resultados. Es decir, ya se sabe qué pastilla comprarle a cada quién.

No se evidencia una relación positiva entre capacitación recibida y resultados obtenidos, por lo que resulta necesario optimizar las estrategias de capacitación en el Estado.

El DC es una práctica de evaluación de competencias que ha sido probada con los operadores SNIP y cuenta actualmente con un protocolo de implementación que hará posible su réplica en otros sistemas administrativos, los cuales iniciarán su evaluación en los próximos meses.

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