El secretario general del CLAD, Gregorio Montero, estuvo en Lima y dictó la conferencia “Profesionalización de la función pública en América Latina” organizada por la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental. En una entrevista previa habló sobre el servicio civil peruano en la región, el problema de la corrupción en la gestión, el nuevo perfil del servidor público y el rol de la universidad en el fortalecimiento de los Estados.

gregorio-montero¿Cuál es el común denominador del avance del servicio civil en AL?
En las mediciones que se están haciendo desde el 2004, se observa que los países de América Latina avanzan hacia la profesionalización de la función pública, hacia el establecimiento de un servicio civil meritocrático. Unos más que otros, pero todos haciendo esfuerzos ingentes por avanzar en esta línea porque las reformas del Estado pasan obligatoriamente por el establecimiento de un sistema de mérito en la administración pública.

¿Cuál es la performance del servicio civil peruano respecto a América Latina?
En la primera medición del 2004, Perú prácticamente no aparecía en un lugar que se pudiera mencionar. Pero, en la última medición del 2013, Perú subió 10 puntos porcentuales, que no es nada fácil cuando se mide el índice de desarrollo burocrático. Eso significa que si a Perú se le midiera de nuevo, el avance sería significativo.

¿El avance podría ser más acelerado, pero el tema de la corrupción es uno de los elementos que lo impide?
Es el gran flagelo de la administración pública en América Latina. Es un freno a la lucha contra la pobreza y a la lucha contra la desigualdad. La corrupción se ha convertido en uno de los problemas más serios a enfrentar conjuntamente con el crimen organizado, el cambio climático, la pobreza y la desigualdad.

¿Realmente los países se enfrentan a la corrupción?
Nunca la región se ha detenido en el enfrentamiento de este mal. Lo que creo es no estamos afinando bien las acciones, no estamos atacando la médula del problema. Y no podemos decir que la vía para atacar esto sea una sola, pues son muchas aristas en el tema de la corrupción.

¿Cómo afinar mejor las acciones contra la corrupción?
La gestión por valores en la administración pública es fundamental. Pero también, dotar a los empleados públicos de las herramientas que ofrece la ética en el ejercicio de los cargos públicos.

La lucha por la transparencia y la rendición de cuentas efectiva es determinante, como también lo es el control de la administración pública. Creo que hemos estado dejando a las autoridades públicas actuar por sus fueros sin controles, y el mayor amigo de la corrupción administrativa es el descontrol precisamente.

¿El control ciudadano también es importante?
En paralelo al control legal, jurisdiccional, contable y financiero, el control social es clave. Hay que continuar empoderando a los ciudadanos, entregándole herramientas para que pueda controlar la actividad de la autoridad pública.

¿Cómo va la ética del servidor público?
Tenemos que repensar la forma en que hemos estado trabajando la ética en el sector público. Porque se están estado desarrollando programas hace mucho para el comportamiento ético, pero yo creo que ha faltado conectar, por ejemplo, los programas de capacitación en materia de ética, verlos desde una perspectiva más práctica, pero también hay que conectar estos programas con el bienestar de la gente.

¿Cuál es el perfil del servidor público?
Debemos construir un nuevo perfil para el servidor público en América Latina, rescatando valores y principios tradicionales. No podemos negociar el perfil de la capacidad. El empleado público tiene que ser capaz; tampoco la honestidad, ni la vocación de servicio. Tenemos además que incorporar un valor que a mi juicio es determinante en el siglo XXI, sobre todo si hablamos de los objetivos de desarrollo sostenible que se han aprobado en el marco de la última asamblea General de las Naciones Unidas, el compromiso social.

Los empleados públicos a veces no entienden cuál es la razón última de su función. Ellos se creen fines en sí mismos, y se nos olvida que el fin último de todo lo que nosotros hacemos es el bienestar de la gente.

Otra cuestión que tiene que ver con la gestión por competencias es el liderazgo, porque trabajando el liderazgo de la gerencia pública podemos incorporar muchos elementos que pueden ayudarnos definitivamente a salir airosos en la implementación de una gestión por valores fundamentada en la ética y en la lucha contra la corrupción administrativa.

¿Un servidor que no se actualiza no es un buen servidor público?
Usted puede tener la vocación de servicio, puede ser ético, pero la capacidad es determinante. Pero qué resulta, que este elemento de capacitación del empleado público es mutante. Incluso, cualquier conocimiento que yo adquiera hoy probablemente mañana no me sirva para nada, porque el conocimiento está fluyendo con una rapidez enorme. Entonces, los programas de capacitación tienen que ser permanentes.

Un empleado público que no está sometido a un proceso de capacitación, y yo voy más lejos, de formación continua, no está en capacidad de dar un buen servicio. Y no estamos hablando únicamente de los programas formales de capacitación y formación, sino también del intercambio de experiencias intercambio de buenas prácticas.

Ante esa realidad, un empleado que no está capacitándose permanentemente, resulta que la ciudadanía va por delante suyo y no podrá darle un buen servicio jamás. Los servicios públicos de hoy no tienen las mismas características que tenían en el siglo XX y en el siglo XIX. Además de que son más, también se han incorporado se han incorporado nuevas características que no son solo la de calidad.

¿Cómo la universidad debe contribuir con la formación de los servidores?
Cuando nosotros llegamos a la Secretaría General del CLAD nos dimos inmediatamente cuenta que había una falta de contacto entre Estado y universidad, lo cual le hacía un daño terrible a los procesos de reforma y a la transformación.

Porque el Estado ha seguido aprobando planes estratégicos de desarrollo, pero la gran ausente en todo esto ha sido la Academia. Entonces ¿ante qué nos encontramos?, ¿quién está dotando al Estado del personal con el perfil necesario para llevar a cabo los planes de desarrollo? Nadie. Sencillamente porque el Estado no se comunica con la universidad.

La universidad, la formación, la investigación, las metodologías de trabajo, juegan un rol determinante para que el Estado pueda cumplir con sus fines Porque al final, de lo que se trata es de que el Estado y la administración pública puedan cumplir con sus fines, que están atados al bienestar de la gente.

Entonces, desde el CLAD, a través de nuestras actividades, estamos impulsando esa necesaria relación Estado – universidad con los fines de capacitación, formación, investigación y metodologías de trabajo.

Acceda al video de la entrevista aquí

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