Son servidores públicos por vocación. Sienten pasión por ayudar a los ciudadanos y sus mayores triunfos no son los que consiguen para sí, sino aquellos que permiten mejorar la vida de muchos peruanos. En el día del servidor público que se celebra hoy, 29 de mayo, nuestro homenaje a hombres y mujeres que desde las instituciones públicas hacen de su servicio la mejor noticia.

Cuando Aura Quiñones Li ingresó a su primer día de trabajo en SEDAPAL una mañana de 1986, no imaginó que pasaría gran parte de su vida entre designaciones y actividades propias de la gestión pública.  Desde allí, desde esa misma ventana donde los procedimientos suelen ser engorrosos y los reconocimientos pocas veces están presentes, doña Aura ha visto crecer a su familia perdiéndose tal vez irrepetibles momentos con ellos, pero sabiendo que cada uno de esos sacrificios ha valido la pena.

Ha valido porque sabe que su trabajo ha contribuido al bienestar de muchos peruanos y peruanas, cuando le ha tocado servir como Jefa de Recursos Humanos de Sedapal y de Agro Rural;  y como Viceministra de Desarrollo Social del Ministerio de la Mujer.

Actualmente, es directora de Recursos Humanos del Ministerio de Salud, lo que la compromete a estar permanentemente actualizada, más aun con la puesta en marcha de la Ley N. 30057 o Ley Servir.

“En estos tiempos, todos los servidores públicos tenemos que reinventarnos” y por eso, doña Aura apura el paso al final de la tarde para llegar a sus clases del Programa de Especialización en Recursos Humanos en la Escuela de Postgrado de la Universidad Continental porque “la actual reforma del servicio civil nos exige ser cada vez más calificados y eficientes en nuestro servicio”.

Aura Quiñones es parte del casi millón y medio de servidores públicos que hoy 29 de mayo celebran el Día del Servidor Público, instituido en 1950 para reconocer el desempeño e identificación del personal que labora en las diferentes instituciones públicas del Perú.

Servidor público es también Jorge Bouroncle Ramírez, experto en informática y sistemas que desde 1997 labora en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

Jorge no es un servidor como cualquiera. El perdió la audición cuando apenas tenía seis meses, y gracias al apoyo de su familia, no solo aprendió a hablar, a leer los labios y el lenguaje de señas, sino que también estudió Informática y Sistemas. Actualmente, es administrador web del Ministerio de la Mujer, cuyo portal ha sido considerado el más actualizado del aparato estatal en más de una oportunidad.

“Siento satisfacción por ser servidor público y pasión por brindar la mejor atención a la población. Somos los profesionales en buscar resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos, aún en medio de tantas limitaciones que tenemos”, apunta Jorge.

En sus dieciocho años en el Ministerio, ha conocido a quince ministras de las cuales recuerda con especial consideración a dos de ellas. “A la señora Aida Naranjo, la única ministra que fue personalmente a mi oficina a felicitarme porque se enteró que el Ministerio había logrado un reconocimiento, gracias a mi trabajo y a mi área. Eso me hizo sentir muy especial y valorado”. Y a Ana María Romero, quien se sorprendió gratamente cuando Jorge fue a presentar un nuevo portal web y la Ministra se enteraba allí mismo que había sido elaborado por una persona con discapacidad auditiva”.

Jorge es un ejemplo de superación y constancia, cuyos logros comparte a diario con su esposa Marianella y sus hijos Giancarlo y Mariafé.

GERENCIAR CON ÉTICA

Le cae bien a todos y debe ser por eso que lleva por nombre Cariño Encanto. Nació y creció en Ancash, estudió Trabajo Social, y es madre de tres hermosos hijos. Para ella, el buen servicio al ciudadano es algo que lleva en las venas.

Ingresó a la administración pública en el 2000 y ha servido a diversas instituciones públicas del país. Actualmente, Cariño Morán Tello es Gerente del Cuerpo de Gerentes Públicos de SERVIR y aunque sabe que la gestión pública no siempre es bien recompensada, se esfuerza por mejorar cada día más, estudiando por estos días una especialización en Recursos Humanos del Estado.

Su profesionalismo y entrega la ha hecho merecedora de varios reconocimientos, como el premio de SERVIR por una buena práctica en gestión pública cuando era jefa del PRONAA en Chimbote.

“Etica y vocación, así como profesionalismo y eficacia, es lo que hacen de un servidor público un profesional en su sector. Apuntemos a ello y así estaremos orgullosos de esta carrera”, puntualiza Morán.

Orgulloso también de ser servidor público es William Marín Sullca, economista que desde hace 25 años está comprometido con buscar mejorar la calidad de vida, principalmente de los peruanos más vulnerables.

Se inició cuando tenía treinta años en la Oficina General de Administración del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, y actualmente cumple su rol como especialista de Presupuesto del Ministerio del Ambiente.

“Ser un servidor público es un compromiso con la sociedad. Los recursos públicos deben estar bien administrados para satisfacer las reales necesidades de la población, controlarlos y evitar que no se usen correctamente”.

Para cumplir con este compromiso, William está actualizándose permanentemente. Privándose incluso de valiosos momentos con su esposa y sus hijos, ha dedicado varias horas de la noche a estudiar programas de especialización como los de Gestión Pública y Proyectos de Inversión, así como una Maestría en Gerencia Pública.

Y es que para este profesional del MINAM, el correcto uso y destino de los fondos públicos, que siempre son escasos, debe ser en beneficio de los peruanos.

GANAS DE SERVIR

Es una hormiga en la oficina. Todas las personas que han trabajado con ella lo saben. Es incansable al desarrollar sus actividades pues para ella todo debe estar bien hecho. Se trata de María Roldan Acuña, secretaria de Planeamiento y Presupuesto del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES).

“Cuando uno ingresa a trabajar en el Estado debe hacerlo con ganas de servir”, dice María, madre de seis hijos y abuela de doce nietos, quien cada mañana toma el Metropolitano en la avenida Túpac Amaru, Comas, para llegar hasta su oficina ubicada en el corazón de San Isidro.

Inició su servicio en el Ministerio de Agricultura en 1986 cuando tenía 33 años, y hoy puede contar mil y una anécdotas vividas de su paso por el Ministerio de Agricultura, el Instituto Peruano del Deporte, Cooperación Popular, y FONCODES.

En los últimos 29 años, María ha colaborado en la gestión de gerentes, subgerentes y jefes, algunos de los cuales recién empezaban a conocer lo que era la gestión pública el día que ingresaron a la institución portando tan solo su buena fe.

“Como servidora pública soy muy minuciosa en el respeto de la normativa para elaborar cada documento, tanto en su forma como en su fondo. Puedo decir que en estas casi tres décadas como secretaria he podido detectar a tiempo miles de problemas antes de una firma, que bien pudieron generarle más de un dolor de cabeza a mis superiores”.

Para ella, trabajar en el Estado no solo es una responsabilidad, sino un acto de servicio; un compromiso permanente, de actualización constante, y de trabajo en equipo. “Todos debemos ponernos la camiseta buscando siempre que el único ganador sea nuestro país”, finaliza María Roldán.

En tiempos en que la gestión pública parecería solo traer malas experiencias, los testimonios  de Aura, Jorge, Cariño, William y María, dan cuenta que en el Perú hay muchos servidores que pese a las adversidades sacan el pecho por la administración pública. Aún con muchas limitaciones y diversas piedras que suelen encontrar en su camino, ellos siempre han de ser portadores de buenas noticias.

(El Peruano)

1 Comentario

  1. Muy bonito artículo, ojalá sea tomado muy en cuenta por aquellos funcionarios que llegan a ocupar cargos con poder de decisión solamente para servirse y servir a sus allegados, sin respetar los méritos de servidores que han dedicado toda una vida al Estado y que se han esforzado en seguir preparándose para mejorar el servicio al ciudadano que ya está cansado del mal trato que diariamente reciben por aquellos que sí llegan a ser considerados para ocupar altos cargos en la administración pública. La meritocracia sigue siendo letra muerta, considero que ni el SERVIR servirá para seleccionar a los servidores y funcionarios que cuentan con los méritos necesarios, primero deben cambiar de actitud los responsables de designar o nombrar personal en la administración pública.

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