Hace un año asumió la dirección del Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja (INSN- SB) y en ese tiempo enfrentó una serie de desafíos, algunos de ellos como buscar especialistas en cirugías de alta complejidad para salvar la vida de los niños y niñas más pobres del país y mejorar la gestión de una institución que tiene el mandato de ser el referente de América Latina.

000020275MLlegó el 16 de abril de 2015 segura de que la buena voluntad y un equipo de trabajo sólido podían ser la mejor garantía para enfrentar los desafíos que vendrían. Zulema Tomas Gonzales asumió la dirección general del INSN–SB ese día porque era necesario poner en movimiento, en el plazo más corto posible, a los recursos humanos, equipos e infraestructura que tenía la institución.

Y no es que estuviera aletargada su capacidad, sino que desde el 2013, año en que abrió sus puertas a los nuevos pacientitos, al INSN- SB llegaban muchos niños y niñas de diversas regiones del país para someterse a cirugías y tratamientos difíciles y complejos que en su tierra no los podían tener.

“Todas la camas no estaban operativas; las consultas externas estaban disminuidas a pesar de las buenos profesionales e infraestructura. Era insuficiente la cantidad de especialistas y subespecialistas que había, faltaban cirujanos o anestesiólogos para que atiendan la demanda que aumentaba día a día. Había que mejorar la gestión.

La doctora Zulema es una hormiguita. Lo demostró durante sus 22 años de trabajo como anestesióloga cardiovascular en el Hospital del Niño de Breña, y luego como directora de departamento de Cirugía y directora general del reconocido nosocomio, después. Experiencia que enriqueció luego al ser formada como gerente público por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir).

Ese cúmulo de conocimientos, además de sentimientos nobles y de ambiciones, la motivó a formar un equipo de profesionales que se convirtió en el portavoz de los cambios y la esperanza. Cuenta Tomas Gonzales que fueron meses de mucho trabajo, diseñaron un plan estratégico, argumentó a todo el que pudo sobre la urgencia de aumentar el presupuesto, e inició los cambios.

“En un año hemos logrado que de las 309 camas que tenemos, el 70% se encuentre en uso. Le hemos dado viabilidad al instituto que hoy cuenta con un staff de 1,171 profesionales que laboran en consulta externa y en el centro quirúrgico. Impactaremos en la reducción de la morbi mortalidad de nuestros niños, niñas y adolescentes” .

Anestesióloga

La directora general del INSN-SB es anestesióloga cardiovascular, y en las últimas dos décadas se dedicó a preparar a las personas menores de 18 años que necesitaban ser operadas del corazón en el INSN-Breña. En esos años observó que en los recién nacidos y en los adolescentes los corazoncitos son pequeños, pero con mucha fuerza en sus latidos.

Sin embargo, por la cantidad de vasos sanguíneos que tienen, las cirugías son delicadas y el cuidado es minucioso, lento, paciente. “Acompañar a los más bebitos y ver cómo superaban poco a poco su patología y dolor, fue lo mejor”.

Con su voz trémula expresa frases de agradecimiento. A Dios porque ha entendido que el amor y la solidaridad siguen inspirando su trabajo. A Servir porque, gracias a la formación que ha recibido, puede contribuir con el Perú al darle viabilidad al INSN- San Borja.

“Quiero que la población peruana confíe en nosotros, que sepa que los bebés, niños, niñas y adolescentes de los sectores que menos recursos tienen en el Perú, son atendidos con seguridad y calidad. Nos alegra devolverles la vida, nos entusiasma cumplir como Estado”. Así sea.

Hoja de vida

Me formé como médica en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Soy de la promoción 1980.

Me especialicé en Anestesióloga cardiovascular en la Universidad Cayetano Heredia.

Estudié la Maestría en Gerencia de Administración en Salud de la UNFV, y otra de Docencia universitaria e Investigación en la Universidad Nacional Hermilio Valdizán (Huánuco).

“80% de los pacientitos que tratamos son de otras regiones del país. Lo hacemos con calidad”.

Escribe: Susana Mendoza Sheen

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