Los nuevos aires tecnocráticos tras los cambios ministeriales han dado un respiro al gobierno del presidente Ollanta Humala. En efecto, el nuevo presidente del Consejo de Ministros César Villanueva fue enfático en declaraciones recientes sobre la necesidad de «despapelar» los procesos de inversión. Así, destacó la importancia de impulsar las asociaciones público-privadas (APP) en el Estado.

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No obstante, aquellos tecnócratas enfrentan problemas que involucran la capacidad de su fuerza laboral y la incertidumbre política que podría hacer inviables los proyectos de mediano y largo plazo.

La presencia de tecnócratas en ministerios sociales tuvo como inicio el proyecto que dio origen al Midis. A inicios del gobierno actual, se planteó la creación de un ministerio que contara con personal de experiencia en el sector público en islas de eficiencia como el MEF. Así, se planteó que el Midis centralizara los programas sociales y cuya gestión se basara en resultados y evidencia. De hecho, SEMANAeconómica pronosticó que tanto la selección de personal como la estructura orgánica del Midis harían de ella –luego del MEF– la segunda entidad dependiente del Ejecutivo en capacidad de ser contada entre las instituciones más modernas del sector público (artículo de portada El ministerio boutique). Ahora, la presencia de la tecnocracia se habría expandido a otros ministerios, como Educación.

La disposición política para implementar reformas que acerquen al sector público con el privado ya se refleja a través de las APP planteadas por el gobierno, especialmente las planteadas en el sector salud. Ello se debería al interés de los tecnócratas en el Ejecutivo por llevarlas a cabo. Aunque aún es incipiente, el primer paso en dicho sector es indicio de una dinamización en los procesos con el Estado (columna Minsa lista para el cambio).

No obstante, existe un consenso entre ex ministros y viceministros entrevistados en lo complicado que puede ser para un tecnócrata entrar a la arena política, escenario común para estos ministerios. Para ese rol, suele ser determinante la presencia de «tecnopols» en el gobierno: aquellos tecnócratas con capacidad política. En ese contexto, una burocracia debilitada puede generar problemas para los tecnócratas al momento de promover reformas relevantes.

En la última edición de Semana Económica se analiza el influjo de tecnócratas a los ministerios sociales y cómo ello podría agilizar las reformas pendientes como también propiciar un acercamiento más fluido con el sector privado. También los obstáculos a los que se enfrentan, como los retos relacionados al capital humano de dichos ministerios y a la alta exposición política.

(Semana Económica)

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