Hoy en día, el empleo es un tema que genera preocupación en todo el mundo, tanto entre los funcionarios encargados de formular políticas, como en la comunidad empresaria y en los miles de millones de hombres y mujeres que luchan por proporcionar el sustento a sus familias. En un momento en que el mundo se esfuerza por salir de la crisis mundial, unos 200 millones de personas (entre ellos, 75 millones de menos de 25 años) están desempleados.

banco mundial empleo informe

Muchos millones más, la mayoría mujeres, están excluidos por completo de la fuerza laboral. Si miramos hacia el futuro, en los próximos 15 años se deberán crear 600 millones nuevos puestos de trabajo para absorber el aumento de la población en edad de trabajar, principalmente en Asia y África al sur del Sahara.

Mientras tanto, casi la mitad de los trabajadores de los países en desarrollo están empleados en establecimientos agrícolas de pequeña escala o trabajan por cuenta propia, actividades que por lo general no van acompañadas de pagos regulares ni beneficios. Para la mayor parte de los pobres de estos países, el problema no es que falte empleo ni que las horas de trabajo sean insuficientes; de hecho, muchos tienen más de una ocupación y trabajan largas horas. Sin embargo, con frecuencia no ganan lo suficiente para garantizar un futuro mejor para sí mismos y para sus hijos; en ocasiones trabajan en condiciones inseguras y no se respetan sus derechos básicos.

El empleo es un factor determinante para lograr el desarrollo económico y social. Más allá de la importancia crucial que reviste para el bienestar individual, es el eje de muchos objetivos más amplios de la sociedad, como la reducción de la pobreza, el aumento de la productividad en toda la economía y la cohesión social. Los beneficios que genera el empleo en el desarrollo incluyen la adquisición de conocimientos especializados, el empoderamiento de la mujer y la estabilización de sociedades que salen de conflictos. Los empleos que contribuyen a lograr estos objetivos más amplios resultan valiosos no solo para quienes los tienen, sino también para la sociedad en su conjunto: son empleos beneficiosos para el desarrollo.

El Informe sobre el desarrollo mundial 2013 toma como punto de partida la importancia central del empleo en el proceso de desarrollo y cuestiona y reformula la forma en que solemos pensar el tema del trabajo. Con un enfoque multisectorial y multidisciplinario, en este informe se analiza por qué algunos empleos contribuyen más al desarrollo que otros. En el documento se observa que los empleos que generan más beneficios para el desarrollo son aquellos que hacen que las ciudades funcionen mejor, conectan la economía con los mercados internacionales, protegen el medio ambiente, promueven la confianza y la participación cívica o reducen la pobreza. Es fundamental señalar que estos trabajos no se encuentran solo en el sector formal; según el contexto del país de que se trate, los empleos informales también pueden tener un efecto transformador.

Sobre la base de este marco general, en el informe se abordan algunas de las preguntas más apremiantes que se formulan hoy en día los funcionarios responsables de elaborar políticas.

¿Deben los países formular sus estrategias de desarrollo en torno al crecimiento o bien concentrarse en el empleo? ¿Hay situaciones en las que se debería priorizar la protección del empleo y no solo la de los trabajadores? ¿Qué debe hacerse primero en el proceso de desarrollo: crear empleo o brindar capacitación?

El sector privado es el motor principal de la creación de empleo, pues representa el 90% de la totalidad de puestos de trabajo en el mundo en desarrollo. Sin embargo, los Gobiernos desempeñan un papel esencial al garantizar que existan las condiciones adecuadas para un fuerte crecimiento liderado por el sector privado y atenuar las restricciones que impiden a dicho sector crear empleos beneficiosos para el desarrollo.

En este informe se propone un enfoque estructurado en tres etapas que puede ayudar a los Gobiernos a alcanzar estos objetivos. En primer lugar, para generar crecimiento y crear empleo, es esencial contar con los elementos normativos fundamentales, lo que incluye la estabilidad macroeconómica, un entorno propicio para la actividad empresarial, inversiones en capital humano y la vigencia del estado de derecho. En segundo lugar, una política laboral bien diseñada puede contribuir a garantizar que el crecimiento se traduzca en oportunidades de empleo, pero debe complementarse con un enfoque más amplio sobre la creación de empleo que mire más allá del mercado laboral. En tercer lugar, los Gobiernos deberían identificar estratégicamente qué empleos contribuirán en mayor medida al desarrollo en el contexto específico de su país, y eliminar o contrarrestar los obstáculos que impiden al sector privado generar más puestos de trabajo de ese tipo.

En la economía mundial actual, el mundo del empleo cambia con rapidez. Los cambios demográficos, los avances tecnológicos y los efectos de la crisis financiera internacional que aún perduran están reconfigurando el paisaje laboral en todo el mundo. Los países que se adapten con éxito a estos cambios y hagan frente a sus desafíos específicos en materia de empleo podrán lograr enormes mejoras en el nivel de vida y la productividad y dar lugar a sociedades más cohesivas. Los que no lo hagan, no se beneficiarán con los efectos transformadores del desarrollo económico y social.

El Informe sobre el desarrollo mundial 2013 constituye una importante contribución al conocimiento colectivo sobre la función del empleo en el desarrollo. Sus conclusiones servirán de valiosa guía para el Grupo del Banco Mundial en la tarea que lleva adelante con sus asociados y clientes para promover sus programas de empleo. Trabajando juntos, podemos propiciar la creación de empleo y maximizar el impacto del trabajo en el desarrollo propiciar la creación de empleo y maximizar el impacto del trabajo en el desarrollo.

Acceda al informe completo aquí.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here