La corrupción es un problema en todas las Economías, y hace necesario que los principales
centros financieros de la Unión Europea y EE.UU. actúen de forma coordinada con las Economías de
rápido crecimiento para impedir que los corruptos alcancen sus objetivos.

El Índice de Percepción de la Corrupción se elabora a partir de las opiniones de expertos
sobre la corrupción en el sector público. Se puede obtener un buen resultado cuando existen
mecanismos de Gobierno abierto a través de los cuales los ciudadanos pueden exigir que sus líderes
rindan cuentas, mientras que una mala puntuación evidencia un contexto donde prevalece el
soborno, los actos de corrupción quedan impunes, y las instituciones públicas no dan respuesta a las
necesidades de los ciudadanos.

Resultados del IPC a nivel internacional
En esta vigésima edición del Índice de Percepción de la Corrupción, más de dos tercios de los
175 países incluidos en el mismo han obtenido una puntuación inferior a 50, en una escala de 0
(percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de bajos niveles de corrupción).
Dinamarca y Nueva Zelanda se sitúan en las dos primeras posiciones de 2014, con una puntuación
de 92 y 91 respectivamente, mientras que Corea del Norte y Somalia comparten el último lugar, con
sólo 8 puntos.

Por otra parte, la puntuación de varios países ha tenido un aumento o descenso de al menos
cuatro puntos. Los descensos más marcados son los de Turquía (-5), así como Angola, China,
Malawi y Ruanda (todos ellos -4), ello a pesar de haber tenido en algunos casos un crecimiento
económico promedio de más del 4 por ciento en los últimos cuatro años. Las mejoras más notables
son las de Costa de Marfil, Egipto, San Vicente y las Granadinas (+5), Afganistán, Jordania, Mali y
Suazilandia (+4).

“El Índice de Percepción de la Corrupción 2014 pone de manifiesto que, cuando líderes y
altos funcionarios abusan de su poder para usar fondos públicos en beneficio propio, el crecimiento económico se ve minado y los esfuerzos por frenar la corrupción quedan frustrados”, según José

Ugaz, presidente de Transparency International, quien señala, además, que “los países en las
posiciones inferiores deben adoptar medidas drásticas contra la corrupción y a favor de su población.
Los países en las mejores posiciones del índice deberían asegurarse de no exportar prácticas
corruptas a países en desarrollo”.

Imagen: internet
Imagen: internet

Los resultados de España en el IPC 2014
España ha venido a consolidar en el IPC 2014 la puntuación que recibió en 2013, dado que
este año obtiene una puntuación similar (60) a la de 2013 (59). El año pasado nuestro país
descendió 10 puestos en este Índice (hasta el puesto 40 del ranking global), este año está en el
puesto 37 entre los 175 países analizados, subiendo 3. En realidad, estas pequeñas subidas y
bajadas no expresan un cambio real, sólo pequeñas variaciones debido a los efectos de los
decimales en el conjunto. En todo caso, puede ser bienvenida la consolidación y pequeña subida,
pues viene a demostrar que en su conjunto España no tiene corrupción sistémica, como ocurre en un
gran número de países, sino múltiples escándalos de corrupción política en los niveles superiores de
los partidos y en los gobiernos locales y autonómicos.

Estas puntuaciones de 2013 y 2014 suponen la continuación en el cambio de ciclo que se
inició a partir de la crisis económica, que hizo que España pasase de puntuaciones de 7,1 a
puntuaciones inferiores poco a poco (en torno al 6). Situarse en torno al 6 es algo que ya se
puede comprobar en los niveles mostrados por España en los años anteriores, ya que venía
mostrando unas puntuaciones relativamente estables: En 2009 obtuvo una puntuación de 6´1 sobre
10, en 2010 también 6´1 sobre 10, en 2011: 6´2 sobre 10, y en 2012: 65 sobre 100; sin embargo,
es cierto que en estas dos últimas ediciones ha alcanzado las puntuaciones más bajas en los
últimos quince años.

Las razones de este descenso en los dos últimos años son complejas; por una parte, los
sistemas de control se han mostrado más eficaces y han venido aflorando muy numerosos casos de
corrupción; por otra parte, las denuncias de los medios de comunicación y el relevante eco social y
atención prestada a los casos ahora aflorados han influido intensamente en la percepción
ciudadana, generando un estado general de indignación; también es cierto que la crisis económica
ha incrementado el nivel de exigencia social, y aunque la justicia viene cumpliendo su función con
cierta eficacia y nivel de resultados, a pesar de su lentitud, se ha generado desde fines de 2009 un
muy alto nivel de alarma social; finalmente, aunque el enfriamiento de la economía, especialmente
en el sector urbanístico, permite pensar que los casos de corrupción se han reducido en ese ámbito,
la lentitud de las sanciones penales, la baja intensidad de las penas en casos de corrupción
relevante, la expansión de los escándalos a las instituciones clave del Estado, y la sensación de
impunidad explican bien la percepción social negativa que se mantiene en este Índice.
La corrupción en economías emergentes

La puntuación de China ha bajado de 40 en 2013 a 36 en 2014, a pesar de que el gobierno
de ese país ha puesto en marcha una campaña para erradicar la corrupción entre funcionarios
públicos. El gobierno ha reconocido la necesidad de investigar a funcionarios que esconden en el
extranjero activos obtenidos de manera ilegítima. En enero de este año, diversos documentos
confidenciales que salieron a la luz pública han revelado la existencia de 22.000 clientes de paraísos
fiscales provenientes de China y Hong Kong, incluidos numerosos líderes del país.
La puntuación coincide con el desempeño deficiente de empresas chinas en el informe
elaborado recientemente por Transparencia Internacional sobre prácticas informativas, que indica
que las ocho empresas chinas relevadas habían obtenido una puntuación inferior a 3 sobre 10.
También se observan graves problemas de corrupción y lavado de dinero en los demás
países BRIC. Este año ha trascendido que una de las principales compañías petroleras habría
utilizado sociedades secretas para sobornar a políticos en Brasil (que obtuvo una puntuación de 43),
que personas de India (38) utilizan cuentas bancarias en Mauricio (54) y que ciudadanos rusos (27)
hacen lo mismo en Chipre (63).

Los países en las primeras posiciones deben combatir la corrupción global
Transparencia Internacional insta a los países que ocupan las primeras posiciones del índice –
y donde hay limitados niveles de corrupción del sector público- a renunciar a prácticas que fomentan
la corrupción en otros lugares, redoblando sus esfuerzos por prevenir el lavado de dinero e impedir
que sociedades opacas oculten sus actividades corruptas.

Dinamarca, que ostenta el mejor resultado del índice, demuestra una profunda consolidación
del estado de derecho, apoyo a la sociedad civil y normas claras que regulan la actuación de quienes
ocupan funciones públicas, y ha adoptado a su vez una medida ejemplar en noviembre, al anunciar
que prevé crear un registro público con información sobre propietarios y titulares finales de todas las
sociedades constituidas en ese país. Esta medida, similar a aquellas anunciadas por el Reino Unido
y Ucrania, significará mayores escollos para los corruptos que pretendan ocultarse detrás de
sociedades constituidas en nombre de terceros.

Transparencia Internacional impulsa actualmente una campaña para desenmascarar a los
corruptos, que exhorta a la Unión Europea, Estados Unidos y países del G20 a seguir el ejemplo de
Dinamarca y crear registros públicos que permitan saber con certeza quiénes verdaderamente
controlan cada sociedad o son sus titulares finales.

Acceda a todo el informe aquí

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