La lucha contra la corrupción se estancó en la década anterior en el Perú por la falta de voluntad política, sostuvo ayer el exdirector para Gobernabilidad y Anticorrupción del Instituto del Banco Mundial, Daniel Kaufmann.

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El experto internacional señaló que en 2001, durante el gobierno de Valentín Paniagua, realizó un diagnóstico de la corrupción en el Perú, tras la salida de Alberto Fujimori del poder, y se implementaron reformas en los años siguientes.

"Pero, desafortunadamente este proceso se estancó y, según los reportes de instituciones peruanas, el índice de sobornos en el tema de contrataciones y adquisiciones del Estado ha crecido en los últimos tres a cuatro años", detalló Kaufmann.

El especialista en gobernabilidad se abstuvo de dar mayores precisiones sobre las causas del estancamiento y, en algunos casos, del empeoramiento de la corrupción en el país. "La respuesta a profundidad la dejo a los expertos peruanos que siguen diariamente estos acontecimientos. Pero uno de los aspectos que uno encuentra en los países estudiados, cuando los resultados no mejoran, es que ello se debe principalmente a la falta de voluntad política para combatir la corrupción".

Retroceso
Otro factor del retroceso en esta lucha anticorrupción es la falta de reformas institucionales. "Si no se ha reformado el tema de las contrataciones y adquisiciones del Estado, o las reformas son parciales o se continúa con procesos oscuros o reservados, entonces aumenta el nivel de corrupción".

Esta percepción del nivel de corrupción aumenta cuando hay impunidad, advirtió. "Se pueden promulgar todas las leyes, pero si al momento de implementarlas no hay juicios o no se sanciona a los funcionarios investigados, la corrupción se incrementa: ese funcionario sabe que el costo de ser corrupto es bajo", manifestó.

Kaufmann recomendó subir el costo de la corrupción para disminuir su incidencia. "Cuando la probabilidad de terminar en la cárcel por cometer un hecho corrupto es alta, se disuade a los posibles infractores".

"Si no hay voluntad política, no pasa nada", refirió de manera enfática el experto, quien fue ayer uno de los principales expositores de la Segunda Conferencia Internacional Anticorrupción, promovida por la Contraloría General de la República.

Tarea con prioridades
En la etapa inicial de un gobierno, es necesario realizar un diagnóstico para elegir las prioridades y los programas destinados a atacar a fondo la corrupción. "Eso tienen que trabajarlo los peruanos y nosotros los podemos ayudar en el campo técnico", expresó Daniel Kaufmann.

"Un diagnóstico se puede hacer en dos o tres meses. Y en ese análisis frío y duro se tiene que involucrar a la sociedad civil, a funcionarios y empresarios. Tras obtener datos, hay que debatirlos y, después, en una conferencia, elaborar los programas de acción y las prioridades", resaltó.

Kaufmann se mostró en desacuerdo con la creación de nuevas instituciones para luchar contra la corrupción. "Hay que intentar trabajar con las instituciones que existen y modernizarlas. Las nuevas, generalmente demandan más recursos y ‘desinstitucionalizan’ a las existentes".

Opinó que, en general, la lucha anticorrupción en América Latina está estancada, al punto que hoy estamos por debajo de los países de la antigua esfera socialista, que avanzaron y mejoraron en temas de gobernabilidad y combate a la corrupción.

Traba para la competitividad
"Cuanto más regulaciones se crean, más posibilidades hay de que exista el soborno y aparecen más trabas para el sector empresarial y la competitividad del país", afirmó Daniel Kaufmann.

Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Harvard, Kaufmann es uno de los expertos líderes mundiales en gobernanza y gobernabilidad y lucha anticorrupción.

Asesora a líderes políticos y a diversos sectores de la sociedad civil, con el fin de mejorar la gobernanza, disminuir la corrupción y ayudar a la correcta realización de reformas institucionales.

(El Peruano)

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