A propósito del Día de la Mujer, SEMANAeconómica analiza los avances relacionados a la equidad de género en el mercado laboral de Lima Metropolitana.

En la última década el número de mujeres que ingresó al mercado laboral año a año no dejó de crecer. Gracias a ello se incorporaron más de medio millón de personas a la Población Económicamente Activa (PEA) en dicho periodo. En esa misma década la brecha salarial—que mide la diferencia existente entre los salarios de hombres y mujeres— no se redujo significativamente, manteniéndose en niveles cercanos a los del 2009.

PARTICIPACIÓN LABORAL

En la última década, la población activa femenina creció 28% hasta llegar a más de 2 millones en el 2017, mientras la población activa masculina se incrementó en 17%, de 2.2 millones a 2.6 millones. Al mismo tiempo, el subempleo por ingresos no varió significativamente.

De acuerdo al INEI, entre el 2008 y 2017 la población subempleada invisible femenina disminuyó 2.4% en Lima Metropolitana y llegó a más de 770,000 al cierre del año pasado, mientras en el caso de los hombres la población subempleada retrocedió en 36%, al pasar de 659,000  a 416,000 millones en el 2017. “Se considera que una persona con empleo es un subempleado invisible [subempleo por ingresos], cuando normalmente trabaja 35 o más horas a la semana, pero cuyos ingresos son menores al valor de la canasta mínima de consumo familiar”, explicó el instituto estadístico.

Las cifras anteriores están en línea con lo que advierte frecuentemente la autoridad estadística: el subempleo por ingresos afecta más a las mujeres que a los hombres. En el 2017, el 63% de la población subempleada era femenina.

LA BRECHA SALARIAL

Mientras se reducía la distancia de la participación laboral entre hombres y mujeres, la brecha salarial registraba sólo leve avances. La brecha salarial en Lima Metropolitana ha fluctuado entre 29% y 33% en los últimos diez años. Antes de ello, estuvo estancada durante tres años en 33%. Así, las mujeres pasaron de recibir un sueldo, en promedio, 32.5% menor al de sus pares masculinos en el 2008, a uno 29.1% menor en el 2017. Esto implica una reducción de la brecha salarial de 3.4 puntos porcentuales.

Lo anterior se expresó en los ingresos promedios mensuales de las mujeres y hombres. Según el INEI, en el 2008 las mujeres ganaban en promedio S/.806, mientras los hombres percibían alrededor de S/.1,193. En los siguientes años los ingresos promedios mensuales de hombres y mujeres siguieron creciendo, pero de forma dispar. Así, el año pasado el ingreso de las mujeres llegó a S/.1,394, mientras el de los hombres fue S/.1.964.

Usualmente se indica que las mujeres perciben menores ingresos porque realizan tareas distintas a los hombres, lo cierto es que no existe algún estudio que compare los niveles de ingresos peruanos por ocupación. En el caso del Perú, lo único que se conoce en cuanto a la ocupación de las mujeres es que las ramas de actividad económica en las que se concentran son servicios y comercio (66%), mientras los hombres se concentran en los rubros de agricultura, servicios, transportes y comunicaciones, comercio, manufactura y construcción.

“La actividad de comercio, hoteles y restaurantes se constituye en una especie de bolsa en la que se concentra el sector informal de la economía y por tanto presenta condiciones precarias de trabajo”, anota el INEI. Además, en el último reporte de brechas de género de la entidad, se indica que las mujeres perciben menores ingresos porque estarían optando por estudiar carreras menos rentables, como educación, humanidades y  servicio social, “ya sea porque algunas carreras son consideradas más masculinas o porque optan por priorizar su vida familiar”, se lee en el reporte.

LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Mientras los países buscan elaborar un diagnóstico, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) invoca a los estados a promover la participación de las mujeres en el mercado laboral a través de medidas orientadas a resolver las restricciones socioeconómicas y aquellas ligadas a la función asignada a las mujeres. “La formulación de políticas debe centrarse en ampliar las oportunidades legítimas para las mujeres en el mercado de trabajo en términos de cantidad y calidad, lo cual les otorgaría un acceso amplio a los tipos de ocupación y empleo que deseen, sin las restricciones provocadas por los estereotipos”, recomienda la OIT a sus estados miembros.

Desde el Banco Mundial también se ha invocado a generar mayores oportunidades para las mujeres, ya que se advierte que más de la mitad de las mujeres en edad activa está trabajando en América Latina y el Caribe. “Sin embargo, el ingreso de la mujer en el mundo laboral parece haberse estancado: desde 2006 la tasa de población activa de mujeres ronda el 51%”, sostienen. A ello se le suma que el ingreso masivo de la mujer en el trabajo no fue acompañado de una distribución más equitativa de las tareas domésticas, indica la entidad, que informó en el  marco del Día de la Mujer que las mujeres destinan unas tres horas más por día a actividades domésticas y ganan, en promedio, un 10% menos.

*Todas las comparaciones se hicieron con base en los datos del INEI del último trimestre móvil (octubre-diciembre) de cada año.

(Semana Económica)

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